jueves, 31 de enero de 2013

Vivos en la muerte


Parece que finalmente el Real Madrid no recibió la monumental paliza que suponían muchos, incluidos madridistas débiles de corazón que por alguna extraña brujería se siente abatidos y acongojados en estas citas. Siento compasión ante sus nerviosos, sudoraciones y balbuceos varios cuando se acerca "la pulga cósmica", Javier Hernández y compañía  Y me pregunto por qué tienen esa falta de fe cuando cruzan las puertas del Santiago Bernabeú o encienden sus televisores Mahou 5 estrellas en mano. Si el Madrid sólo necesita un 33% de posesión para anotar un gol y fallar al menos cuatro ocasiones claras (dos de Benzema y dos de Ronaldo) es síntoma claro de que no existe esa distancia abismal que ideólogos, juristas y falsos profetas nos quieren hacer ver. Propone mucho mas el Madrid en esa espacio de tiempo, arriesga más y por encima de todo hace merecer el precio de una entrada. Cómo muestra, el evidente retroceso del Barcelona a raíz del empate, retrocediendo 20 metros en sus irrelevantes rondos y esperando el pitido final, algo impropio de un equipo que se cree superior y afirma tajantemente que mereció ganar el encuentro. Y es que el soci, dentro de su particular seny, sabe que cuando el Real Madrid achucha, es mucho Real Madrid. Todos sabemos que habría pasado si se hubieran jugado al menos diez minutos más.

Centrándonos en el partido, a pesar del ocultismo y cienciología mediática, no hubo sorpresas en la portería. Y digo sorpresas porque el que pensara que Adán en algún momento de su existencia le puede disputar el puesto a Diego López (considerando siempre un correcto estado de forma) es que ha visto poco fútbol de ambos. Más aún cuando el primero viene de desaprovechar claramente las dos mejores oportunidades de su vida y el segundo se ha labrado un respeto a lo largo de los años. Sólo hay que ver las buenas sensaciones que dejó Diego para intuir que Adán jugará aquellos minutos donde no haya carne en el asador y verá desde el banquillo la vuelta de Copa y lo que quede de Champions. En cualquier caso, que nadie sienta pena por Antonio o se acuerde del novio de la periodista de moda: esto es alta competición, no un club social.

Las dudas y especulación también se trasladaron a la defensa, donde parece que la ausencia de Pepe y Ramos genera en el personal una sensación de agobio y escozor indescriptible. Afortunadamente, todos sin excepción rayaron a un buen nivel y nos han ahorrado un día de críticas a Mourinho por tan errática alineación. Algún día acertaran, pero no hoy. Essien bajó a la sala de maquinas mono de trabajo en mano, Carvalho mantuvo el tono y concentración de los últimos partidos y únicamente quedó en retina el fallo de marca de Arbeloa a Pedro como despiste claro. En resumen, un gran partido de la zaga donde brilló con luz propia Rafael Varane, absolutamente impecable en el corte, en colocación y en contudencia (algo de lo que debería aprender Ramos para ahorrarse innecesarias sanciones). Si además le sumamos en el debe un gol que supuso un auténtico balón de oxígeno, podemos asegurar que disputó un encuentro soberbio. Es una gran noticia ver como el voto de confianza que le dimos desde los inicios de este blog ya dan sus frutos. Zidane no se chupa el dedo: nadie añora la vuelta de Ramos o Pepe y eso en este equipo, es decir mucho. Si el cuerpo técnico le da la continuidad que requiere, tenemos tres centrales de garantías para afrontar las diferentes competiciones y el relevo generacional va por el buen camino.

Por desgracia, aunque el progreso es innegable el centro del campo en los derbis de esta época sigue siendo culé. En el de ayer, Khedira se desmarcó de sus últimas actuaciones persiguiendo a Hernández e Iniesta (auténtico tapado del equipo por muchos que nos vendan la importancia de "la pulga cósmica"), Özil tuvo que emigrar a banda para dar luz verde a su talento y Alonso volvió a quedar en manos del destino con el único apoyo de un Callejón al que siempre parece faltar un marcha, una pizca de utilidad en sus acciones. Mejoró la sensación con Modric pero llego desacompasada ante una de las sorpresas de la noche: la falta de gasolina de Cristiano Ronaldo en la segunda mitad. Un hecho que pasa de puntillas para muchos en el día de hoy pero que se acentuó ante la tibiedad de Benzema (en un derbi que se decide por detalles dos fallos suponen un lastre considerable) y la nula aportación de un Higuaín que debió salir a ganarse la titularidad, a morder y a decidir.

Así que en líneas generales y tras lo anteriormente expuesto hay muchas opciones para determinar qué le falto al Madrid para llevarse el partido. Quizá el trabajo de di María, mayor precisión en todos esos pases que se desviaban mas de 5 metros, mas fuerza en la medular o simplemente creer en la victoria. Puede ser. Pero me preguntó que pasaría si en unos de estos derbis los 80.000 asistentes se rompieran la garganta animando al equipo en lugar de ser vacas que miran como pasa el tren. ¿Veríamos resultados? Habrá que esperar a la siguiente ocasión y de paso ver si de una vez por todas el humanoide conocido como Daniel Alvés es expulsado del terreno de juego por triple amarilla. Valors.

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