lunes, 21 de enero de 2013

Meada


Vaya fiesta que nos dimos los madridistas ayer a costa del Valencia. La cosa prometía ya antes de empezar viendo como ni un sólo medio se acercaba siquiera a la alineación. Ese ansía viva de ir un paso por delante del cuerpo técnico empieza a producir vergüenza ajena. Sentaron a Casillas y a Ronaldo con absoluta tranquilidad e incluso hoy tampoco siguen sin entender de qué va este negocio con comentarios tipo "El Madrid de los cien puntos sigue ahí". Tal vez haya quien piense que nunca se fue. Tal vez se considere que jugaron los mismos jugadores que han roto récords. Tal vez pensemos que no ha pasado tiempo como para que a este bloque se le haya olvidado ganar partidos con tanta suficiencia. Pero tal vez, repito, tal vez alguien determine que únicamente este club vive secuestrado, bajo un estado de excepción promovido por cuatro personajes ajenos al madridismo.

Y es que en los nueve primeros minutos de partido pudimos ver el resumen del Real Madrid 2012-2013: clamorosa embestida a Higuaín en el área (penalti no pitado efecto villarato con agravante en la segunda parte), fallo garrafal del argentino dos minutos después enmendado en la siguiente jugada (efecto mala suerte) y sobre todo odio popular minutos después (antimadridismo recalcitrante clásico en los últimos tiempos) cuando las cámaras de Canal + intentan forjar un penalti de la nada desde múltiples ángulos y repeticiones. No sólo no sentía ningún pudor hubiera sido acertado o no, sino que viendo como habían callado todos ante el primer penalti de la noche, resultaba placentero ver como Mestalla ardía indignada ante lo que consideraban un robo a mano armada. Pobre gente, la que les venía encima.

Porque anoche ayer asistimos a la resurrección de di María, auténtico fichaje de invierno. Ha tardado cuatro meses en aparecer, ha requerido un toque de atención de Mourinho (este menos críticado por los "periolistos") y ha chupado más banquillo del que hubiera resultado deseable pero si se confirma que vuelve a querer jugar, el equipo recupera un activo de peso. Qué partido del argentino: arriba, abajo, a izquierda a derecha, asistiendo, anotando. Que despliegue de medios, actitud y recursos. Entre él y un Khedira en franca progresión hacia el jugador que deleita al respetable en Alemania, se bastaron para destrozar toda resistencia che. Incluso el bueno de Sami pudo anotar dos tantos con un disparo a bocajarro detenido por un auténtico milagro y en una de esas jugadas donde más por brea que por talento se planta sólo delante del portero y lógicamente falla.

La suficiencia del equipo fue tal, que al final de la primera parte ya había goleada. Antes de ello cabe que señalar que en el minuto 35 Cristiano ya llevaba un gol y una asistencia, Di María andaba en términos parecidos y sobre todo, que en el minuto 40 el Madrid literalmente "meaba" a todo el Valencia en la que sin lugar a dudas será una de las jugadas de la Liga. Por eso poco importó que la segunda parte fuera testimonial e invitase a ver el último capítulo de Gandia Shore. Por poner una pega, reprocho al equipo no querer hacer sangre. A Valencia hay que ir a pasar por encima, a recuperar el respeto ante una afición que también sufrió el síndrome pipero (EDITADO: chufero) con muchos asientos ya vacíos en el inicio de la segunda mitad. Porque independientemente del resultado final de la Liga, cada campo es un lugar donde predicar y recuperar prestigio. Por ello hay que jugar el próximo partido en los mismos término y protestar enérgicamente antes embestida como la del minuto 71, en lo que hasta Robinson consideró "penalti como una casa". Palabra de Michael, te rogamos óyenos.

2 comentarios:

  1. Para completar un gran resumen de partido, añadir que el equipo con los dos argentinos en el campo, defiende 30 metros más adelante que sin ellos, lo que propicia robos de balón en el centro del campo y una enorme cantidad de ocasiones de gol. El Fideo y el Pipa, siempre en mi equipo.... Kiwini-terrorista!

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  2. Lo que hace falta es que lo hicieran todos los partidos. Que Higuain se siente cómodo con espacios es vox populi pero flaquea cuando el rival se cierra atras. Y Di Maria llevaba cuatro meses de vacaciones extras. Pero bueno, entiendo que un pipero se venga arriba tras el partido de ayer.

    Un abrazo

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