Adán frente a Diego López. Quién defenderá toda la temporada llegado este momento es el debate que se abre ahora entre todo el madridismo. Y dado que me piden que me mojen, comentar que me decanto por el segundo y queda pendiente un tirón de orejas para Mourinho. Cuando he señalado en este blog en varias ocasiones que a Mourinho hay que pedirle cuentas de la gestión deportiva me refiero a este tipo de detalles. Como mánager del equipo, y si es cierta la frialdad existente en su trato con Casillas, cuesta entender que se haya jugado en tres años el recambio del portero con Antonio Adán. Y no porque este no tenga calidad suficiente para ello, sino porque un entrenador que se ha caracterizado por apostar por una vieja guardia deja como repuesto de Casillas a un portero muy falto de minutos, de grandes citas y en definitiva, de experiencia. Aunque a la prensa le encante colgarle el cartel de víctima para desprestigiar a Mourinho en torno a un cínico "lo ha pasado mal el chaval", Adán no tiene 17 años y lleva toda una vida esperando una oportunidad. Y siendo francos, cuando la ha tenido la sensación ha sido tibia siendo generosos (ya suma una expulsión y una cantada importantes). No tiene la culpa Mourinho de la respuesta que ha obtenido cuando la necesidad apremiaba. Sí la tiene de jugarse una carta inédita. Cualquier madridista en su posición, con medios suficientes para colocar un repuesto a Casillas se hubiera guardado las espaldas con otro hombre más curtido. Y por ello, el fichaje de Diego López en las condiciones y circunstancias actuales, me parece muy interesante. Tan interesante como para darle la titularidad en las grandes fechas que se avecinan si esta en un buen estado de forma. Y ahí es donde Adán tendrá que ofrecerle competencia. Su tren ha pasado pero aún puede aportar.
Del partido, poco a comentar. Encuentro de trámite antes de la cita del miércoles veremos la pasta actual de la plantilla y en qué estado llega a la recta final de la temporada. Incógnita bajo palos, defensa sólida e irregularidad en el medio campo y delantera es lo visto hasta ahora. Bajo ese prisma y ante la deficiencia creativa (que no colectiva) de Khedira, Essien o incluso de un Modric que no sabe realmente si sumarse al ataque o colaborar en defensa, ha de surgir imperiosamente la figura de Özil. Se le ve físicamente más entero y eso, en un jugador que depende mucho del estado de forma en los cambios de ritmo que imprime a su juego, se antoja vital. Por ello no es extraño que si la condición acompaña, el alemán sea un puntal básico para el equipo, donde el juego a balón parado le esta perjudicando claramente. No porque resulte tan rancio como nos quieren hacer ver (hay vida más allá de Barcelona), sino porque su contraataque es tan soberbio y ha dado tan buenos resultados estos tres años que la comparación resulta odiosa. En los 25 primeros minutos frente al Getafe el equipo llegó a disfrutar de un 75% de posesión de balón y sin embargo no vimos cambios en el marcador. Fue necesaria la velocidad y los espacios para ver resultados. Y el principal beneficiario de esta ideología obviamente es Cristiano. Sólo queda saber hasta qué punto estará arropado en las inminentes eliminatorias que se avecinan. A por ello.

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