Tintes drámaticos en las próximas eliminatorias de Copa y Champions dado que el equipo da por perdida la Liga en el mes de Enero. Puede que la culpa la tenga como de costumbre el entrenador y sea él quien tenga que asumir las responsabilidades políticas como manager general. Pero hace un año en el minuto 7 de partido el Madrid ya ganaba en Navarra con gol (golazo) de Karim Benzema. Si, es el mismo jugador que parecía un fantasma errático en el campo la pasada noche y recuerda sospechosamente al cartel de gato que le colgaba el portugués. ¿Tanto puede cambiar un jugador y por extensión un equipo en ese período de tiempo? Parece ser que sí. Y tampoco hay que sorprenderse que Mourinho cerrase la boca en la rueda de prensa porque no es él quien queda retratado directamente en estas circunstancias. Al luso hay que exigirle cuentas por la configuración de la plantilla, no por el rendimiento individual en el campo.
Y es que, cuando se ponen el dedo en la llaga, el dolor señala a un equipo donde varios jugadores ofrecen un rendimiento impropio de jugadores que aspiran a jugar la final de la Liga de Campeones. Arropados por la bonanza de los buenos tiempos y el excelso estado de forma de otros quedan enmascaradas sus jaimitadas pero, ¿alguna vez se han parado a pensar la cantidad de jugadores que no tienen nivel para estar aquí? Ya sea por juventud, veteranía o nivel actual en una primera criba entrarían Varane (al que el tiempo sí creo que le dará un nivel interesante), Coentrao, Khedira, Kaká, Adán, Essien, Carvalho, Arbeloa, Albiol o Callejón. En una segunda, señalaríamos el intermitente rendimiento de Özil, di María, Higuaín o Benzema. En definitiva, muchas trazas para aspirar a récords u objetivos.
Entrar a valorar el partido es algo que no tiene mucho sentido. Noches malas de principio a fin donde queda claro que no se va a sacar nada positivo desde el primer minuto. Y tampoco importa demasiado el gol legal anulado. El feeling del partido lo refleja la figura de mi querido, estimado y nunca bien ponderado Ricardo Kaká. Hacía tiempo que el madridismo no sentía tanta vergüenza al ver como un jugador que viste esta camiseta sale de un campo al grito de tonto merecidamente. Es difícil entender como un tipo que lleva cuatro años haciendo el ridículo, desperdicia las pocas balas que le quedan a su ya finiquitada carrera profesional de semejante manera. 17 minutos en el campo para el que fuera balón de Oro en el 2007. Sencillamente alucinante. No lo vendemos ni regalado.
Y mañana, Valencia. Preparen las palomitas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario