Cuando parecía que el equipo cerraba filas en torno a las palabras del presidente y del comunicado conjunto de Casillas y Ramos, llega Sara, Saritisima y se desmarca de las palabras de su pareja con una auténtica rajada de campeonato a menos de 24 horas del clásico. Desagradable patada a la altura de los riñones en lo que supone otro intento más de desestabilización y desprestigio en un momento clave de la temporada. Parece que no aprendió nada del conflicto que provocó cuando tildó a Ronaldo de "egoísta y individualista". Que lástima que la inteligencia de esta chica no la de para más y se preste al papel de marioneta y de estúpida sin ningún pudor, sin pensar en las consecuencias de sus palabras. No comprender quien es la mano que te da de comer, enfrentarte al madridismo y sobre todo, poner en evidencia a tu pareja son errores de bulto impropios del decoro, del saber estar y del honor. No se ustedes, pero si mi parienta me pone en evidencia de semejante manera no me vuelve a ver el pelo en la vida. Únicamente queda la duda que revolotea por los corrillos: ¿Habría hecho las mismas declaraciones si fuera Iker Casillas quien juega mañana?. Nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es la respuesta de las redes sociales: nadie le rie la gracia, cuestionan sus dotes periodísticas y personales y, sobre todo, se acuerdan de Eva González (con quien definitivamente Casillas era un tipo bastante más popular). Son los efectos colaterales de tener una novia del Atlético de Madrid.
Y es que salir en un programa de la televisión mexicana afirmando que "tenemos al presidente muy enfadado y bastante nervioso", que "el clima dentro del vestuario no es bueno", que "existe division" y concluir que "veremos si Mourinho sigue a partir del 30 de Junio" equivale a instaurar las bases de la yihad carbonerista, del C4 atado al pecho. Por todo ello, y en virtud de la libertad expresion que nos habilita a Sara Carbonero y a este humilde servidor a decir lo que nos venga en gana, pido que sea declarada persona no grata en el Santiago Bernabeu y revocados sus privilegios periodísticos. No podemos evitar que siga atacando al madridismo en televisión o tras las mentiras del fanzine de moda mientras sea la novia de Casillas, pero al menos que pague su entrada para ejercer su derecho a la libertad de expresión.

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