miércoles, 12 de febrero de 2014

La gasolina


Como ya afirmé, era cuestión de tiempo que al Atlético se le acabara la gasolina. Lo que no imaginaba era que ni siquiera avisaría que entraba en reserva. Anoche fueron incapaces de aguantar medio asalto y tras lo visto en la última semana donde se han borrado de golpe de dos competiciones, parece que el Mourinho de los pobres tiene trabajo extra como psicólogo por delante. Si alguien pensaba que podrían afrontar el calendario con una plantilla tan corta, mucho esfuerzo, garra y demás tonterías, hoy habrá despertado a la dura realidad. Sin la capacidad de sustituir las piezas que van reventando por el esfuerzo y muy cortos de capacidad goleadora (Diego Costa necesitaría moverse en registros de 25 goles en adelante para tener opciones), es imposible optar a todo. Esa es la diferencia del top 4 de Champions con el resto: la capacidad de confeccionar una plantilla en lugar de un once inicial que tarde o temprano hay que rotar.

Enfrente, la otra cara de la moneda. Un Madrid al que por encima de todo vemos muy fresco, que ha ganado el tiempo y la calma necesarias para que su entrenador entienda donde tiene la mano derecha (en breve, examen final para Ancelotti) y que por encima de todo, ve como su fondo de armario responde. Muy pocos pueden rotar como mínimo un recurso por línea. Regresó Varane, Illarramendi cumplió como buen gregario, vimos una versión de Isco similar al inicio de campaña, y Jesé se muestra como un recambio de lujo. En definitiva, jugadores que ahora mismo aceptaría el Atlético con los ojos cerrados y que te dan el respiro necesario para encarar las próximas eliminatorias de la Liga de Campeones y el final de Liga. Si a ello le sumamos que el equipo se mostró muy serio y no dio pie a una de esas noches donde el pipero tiene miedo "a que hagan el gilipollas", entenderemos como el equipo asume que se acerca su momento y el vecino vuelve a ser ese equipo vulgar que da por buena lo que queda de temporada si complica el cruce de liga pendiente en el Calderón, y sobre todo, juega con el morbo de poder decidir el campeón en la última jornada: Atlético de Madrid - FC Barcelona.

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