Observen atentamente las caras que aparecen en esta entrada porque son la viva imagen de la derrota. Y es que, como buen mourinhista, esta semana he disfrutado mucho de sus fracasos, en especial los de Pelelegrini y del abuelo Wenger, gurús destinados a sentar cátedra en el fútbol moderno y que a la hora de la verdad han vuelto a mostrar su auténtica vocación de perdedores. Del ingeniero, qué decir que no viéramos por televisión. Jamás ha pasado de octavos de final y tras dirigir a dos equipos con gran presupuesto, queda claro que el problema no era del Real Madrid ni del Manchester City. Lo mejor fue la previa al partido, donde Pellegrini destacaba su deseo de jugarle al Barcelona de tú a tú, mimando el balón y buscando la victoria. Ilusiones. Apostaría un buen puñado de euros a que en su fuero interno no había convicción alguna en sus palabras pero no podía decir otra cosa considerando la inmensa la fortuna que se han gastado los citizens durante los últimos años. No se dejen engañar por la pena: si después de todo lo que ha llovido toma como original un discurso basado en la defensa, la intensidad y los criterios industriales, sería una monumental bofetada en toda la cara para esos grandes genios de la comunicación que quisieron ver en este hombre un mago de la estrategia. Por fortuna, ahí está la hemeroteca para recordarnos que si no consiguió plantarle cara al equip dels valors con mucha mejor plantilla siendo técnico del Real Madrid, difícilmente lo iba a conseguir con los ingleses, un equipo que línea a línea es sensiblemente inferior a la plantilla que le entregó Florentino Pérez. Puedo conceder que fue otra víctima más del eurovillarato y eso es algo que nuestra retina no quiere olvidar, pero no olvidemos que el City apenas tuvo dos ocasiones de peligro real en todo el partido, bagaje muy pobre para jugar en su propio campo. Podrá patalear Pelelegrini todo lo que quiera, por cierto con menos carisma para hacerlo si lo comparamos con Don José Mourinho y el ya mítico pur qué, pero realmente solo le queda el consuelo de saber que nadie que se enfrente a Hernández y compañía en Europa acaba el enfrentamientocon once jugadores. Por si fuera poco, el partido de vuelta parece destinado a hacerle pasar otro mal rato y demostrar que no tiene palmarés ni medios para ser entrenador de un equipo del top 8 europeo.
Y si la cara del chileno fue para enmarcar, la de Wenger no quedó atrás. No se fíen de un tipo al que media Europa ha ofrecido cheques en blanco para entrenar y sin embargo ha preferido la vida contemplativa. Sin presión alguna, cada temporada para Wenger se reduce a conseguir un buen papel en las competiciones inglesas (Premier, FA Cup y Community Shield). No parece que tenga ambición por nada más y desde que vivió el milagro Henry hace ya una década, no hay mucho más que contar del francés. Nada de grandes éxitos, epopeyas memorables o actuaciones para el recuerdo: únicamente buenas palabras, un halo de presunta elegancia y sobre todo mucha derrota. Mi teoría es que no diseña equipos que puedan aspirar a ganar una Champions, sino para fortalecer su imagen de mánager, de gran gestor y sobre todo de director deportivo con una capacidad innata para reconocer y explotar el talento: Klinsmann, Vieira, Anelka, Van Persie, Fábregas y sobre todo Henry son algunos ejemplos de jugadores que han forjado carreras de éxito a raíz de conocer a Wenger. Y como este negocio es así de visionario, no es de extrañar que algunos iluminados vieran en Özil al siguiente proyecto personal del francés, y que hayamos oído en los últimos meses declaraciones tan demenciales como que el alemán sería un potencial ganador del Balón de Oro en un plazo máximo de cinco años. Cualquier madridista sabe que a pesar de un talento descomunal para jugar a este deporte, Özil no tiene la cabeza lo suficientemente bien amueblada para dirigir a un equipo a la final de la Champions. Es una pena que la prensa inglesa, bastante más dura que la española, lo dinamite de semejante manera y se pregunte por qué vive en un mundo de sombras. Wenger tampoco es Mourinho, y no ha entendido que no es un salvador, únicamente un actor de lujo al que hay que gestionarle muy bien los papeles y protegerle de su propio público. En palabras del propio Wenger, fallar el penalti tuvo un "tremendo impacto" en Özil. Curiosamente, nadie le rinde cuentas al técnico. Pero claro, Inglaterra no es España y parece dispuesto a perdonar el fracaso de dos individuos que curiosamente no pueden ni ver a Mourinho, quien si algo ha tenido siempre claro es evitar perder una eliminatoria en los primeros noventa minutos.
También escaso fue lo visto en Milán. No creo que Seedorf sea alguien capacitado para devolver a la senda de la gloria a los italianos, pero en cualquier caso tuvo una trayectoria como jugador lo suficientemente interesante como para infundir a sus jugadores un mayor espíritu competitivo. Y es que a fin de cuentas, el año pasado le amargaron la noche al Barcelona en San Siro con una plantilla igualmente limitada. Puede que ese balón al palo de Kaká y la prodigiosa parada de Courtois hubieran cambiado el guión de la eliminatoria de cara al partido de vuelta, pero darle al Atlético la oportunidad de pasar a cuartos en su propio campo es jugar con fuego como reflejan en este momento las casas de apuestas. Y tras el milagro en San Siro, la semana no podía acabar sin que el Atlético volviera a la senda de la derrota. Tras recibir tres goles en ese carismático paraje que es el reino de Navarra, podemos decir que lo ha hecho a lo grande. El Domingo puede por completo el tren de la Liga, y es que tal vez el cholismo no sea más que un milagro pasajero.
Gran tarde también ayer para la gravitación. Existe la férrea creencia de que cualquier entrenador puede llevar a lo más alto al equip dels valors. Da igual si se llama Guardiola, Pito o Tata. Creen en Barcelona que la verdad les hará libres y que el sistema está por encima de los jugadores, del club e incluso de la sociedad. Por eso tiene un carácter melancólico la cara de Martino tras perder claramente contra la Real Sociedad. Dije que este hombre nos daría grandes tardes y no me esta defraudando. Empieza a oler a rancio y puede que en breve, si no acompaña los resultado,viva en primera persona els valors y el seny blaugrana. Atentos a los tebeos locales.
En definitiva, en esta entrada hemos visto como por mucho que se invierta económica y deportivamente en un proyecto, es fundamental que este no dependa de individuos vinculados al fracaso o toda la gestión puede irse al garete. No se engañes: Wenger, Pellegrini, Simeone y Martino no forman parte de ese reducido clubs de técnicos tocados por la mano de Dios y si quieren ganar un dinerito apuesten a largo plazo en su contra. Y antes de que me pregunten diré que tengo serias dudas de que Ancelotti sea uno de ellos, pero al menos sabe lo que es ganar la Copa de Europa y maquilla su falta de ideas con las genialidades de Cristiano, Jesé y Benzema. Si además se incorpora a la fiesta Bale con disparos como el del Sábado, apaga y vamonos.
Gran tarde también ayer para la gravitación. Existe la férrea creencia de que cualquier entrenador puede llevar a lo más alto al equip dels valors. Da igual si se llama Guardiola, Pito o Tata. Creen en Barcelona que la verdad les hará libres y que el sistema está por encima de los jugadores, del club e incluso de la sociedad. Por eso tiene un carácter melancólico la cara de Martino tras perder claramente contra la Real Sociedad. Dije que este hombre nos daría grandes tardes y no me esta defraudando. Empieza a oler a rancio y puede que en breve, si no acompaña los resultado,viva en primera persona els valors y el seny blaugrana. Atentos a los tebeos locales.
En definitiva, en esta entrada hemos visto como por mucho que se invierta económica y deportivamente en un proyecto, es fundamental que este no dependa de individuos vinculados al fracaso o toda la gestión puede irse al garete. No se engañes: Wenger, Pellegrini, Simeone y Martino no forman parte de ese reducido clubs de técnicos tocados por la mano de Dios y si quieren ganar un dinerito apuesten a largo plazo en su contra. Y antes de que me pregunten diré que tengo serias dudas de que Ancelotti sea uno de ellos, pero al menos sabe lo que es ganar la Copa de Europa y maquilla su falta de ideas con las genialidades de Cristiano, Jesé y Benzema. Si además se incorpora a la fiesta Bale con disparos como el del Sábado, apaga y vamonos.




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