Situémonos. El domingo durante el partido contra el Athletic, Ayza Gámez refleja en el acta incidentes entre Cristiano y Gurpegui que justifican la expulsión del portugués. Dos días más tarde, ante el ridículo y el miedo a la nevera que debió recorrer su cuerpo al ver las imágenes de Canal+, corrige sus apreciaciones e indica que lo referido es contra Iturraspe. Y lo mejor de todo no es que sea un pucherazo antológico que lo haga, lo realmente sorprendente es que el comité de competición admita la corrección y para colmo sancione con tres partidos a Cristiano. Mientras tanto, Gupergui e Iturraspe se ríen en su casa a carcajada limpia. Este es el nivel que me gusta ver en los árbitros y que me hace recordar los mejores momentos que nos ha dado el villarato. El mensaje para los niños también es claro: no sólo no se protege al talento y se promueve el fair play, sino que recompensamos la pillería de individuos que lo más técnico que han hecho en su vida futbolística es patear una lata de coca cola. Nada de declaraciones al finalizar el encuentro donde se diga que no ha pasado nada y han sido lances del juego o cualquier intención de quitar hierro al asunto. Veremos como actúa el club en su recurso de apelación, pero pagaría por ver un comunicado donde se declare a todos estos tipos personas no gratas e incluso desagradables porque viendo el respetuoso minuto de silencio que brindó el Santiago Bernabéu a Luis Aragonés queda claro que no tenemos nada que ver con esta gente.
Dicho esto, las claves de derbi son claras. La primera de ellas fue la monumental actuación de la zaga madridista. Al igual que he criticado la pésima temporada de Canelita, es de recibo reconocer que anoche mostró un nivel de juego similar al que exhibía con Mourinho. Sentimientos parecidos afloran con Pepe, al que tengo por un judas indigno de los valores madridistas, pero que nos dio la calma necesaria para jugar y aportó la imagen del partido al reírse en la cara de Diego Costa como Rafa Mora. Tampoco me acordé de Marcelo (mala noticia para él) ni de Carvajal, que aunque más solvente durante toda la temporada no tiene las tablas de Arbeloa en este tipo de partidos. Del topo, no voy a decir gran cosa. Comparar su récord con el de Buyo es una tomadura de pelo dado todo lo que tuvo que parar Don Francisco. Volvió a cantar por alto en todas las jugadas a balón parado y si no es por Modric ahora no hablaríamos de una eliminatoria cerrada. Pero el pipero disfruta con estos mantras basados en 14 años sin conocer la derrota y parece dispuesto a reclamar su titularidad. Es una lástima, pero creo que poco le queda a Diego López como titular si nos atenemos únicamente a fetichismos.
La segunda clave del partido fue el inmenso dominio del centro del campo madridista. Vimos a Xabi Alonso enfundarse el mono de trabajo y aparecer siempre en cada ayuda, en cada lance y en cada rechace. No se lució tanto como en otras ocasiones, pero partidos como el de ayer son los que le convierten en un jugador insustituible por esa capacidad de liderazgo innata a muy pocos medio centros. Y eso amigos míos, no se paga con dinero. Por eso cualquier cuerpo técnico busca conjuntar el liderazgo con el trabajo y gusta de asociarlo con jugadores del perfil del Di María, relegado de tareas ofensivas para apoyar en labores de intendencia donde su sacrificio resulta básico en partidos de brega. Si a ello le sumamos el gusto del madridismo por la garra y la antológica asistencia que regaló a Jesé, es fácil entender que queden atrás esos gestos a la grada paquete en mano. Viendo la trayectoria del argentino no sabemos cuanto durara su implicación con el equipo, pero parece que ha entendido que un puesto de titular ahora mismo se vende a precio de oro.
Mención aparte merece Modric. Es un escándalo la omnipresencia del croata. Salvó un gol cantado, recuperó todos los balones habidos y por haber, distribuyó el balón como quiso y cuando quiso y sin lugar a duda fue la auténtica pesadilla rojiblanca en el día de ayer. Nos hemos cansado de alabar la temporada de Cristiano, pero es una incógnita saber donde estaría hoy este equipo sin el juego de Luka, más aún si tenemos en cuenta el clamoroso fracaso del club a la hora de diseñar la plantilla de esta temporada: Illarramendi, aunque correcto, no podrá sentar a ninguno de estos jugadores en los próximos dos años, Isco hace inmensamente larga la sombra de Özil y cuando vuelva Khedira es probable que de seguir en el banquillo Ancelotti jugara con el alemán, Alonso y Modric. Le añadimos la zaga vista ayer y tenemos la columna vertebral del mejor Mourinho, o lo que es lo mismo, reconocer que el club ha sido incapaz de pasar página y que el italiano únicamente es un político cuya misión es devolver las aguas a su cauce.
Más claves. La interpretación del Atlético de Madrid sobre lo que sería el ataque madridista. Se centraron demasiado en diluir la actuación de Benzema y Cristiano, debido fundamentalmente a que Simeone entendió que muchas de sus opciones pasaban por anular el gol de media por partido que anota el portugués y la aportación al juego ofensivo del francés. Fue un fallo claro que les hizo cerrarse muy atrás para conseguirlo y que favoreció la aparición de espacios. Si bien las dos últimas victorias del Atlético contra el Real Madrid se basaron en la gran disciplina de dos líneas de cuatro hombres muy bien conjuntadas, anoche su alineación era un coladero imposible de tapar por Gabi o Koke. No jugó bien nadie del Atlético y desde luego tuvieron mala suerte en dos de los goles, pero es llamativo que Simeone, cuyo trabajo me parece digno del calificativo de Mourinho de los pobres, no fuera capaz de corregir esta circunstancia tras el descanso cuando tiene un equipo diseñado fundamentalmente para ser intenso. Lo que no tiene es banquillo y el final de la temporada se les hará cuesta arriba.
Como no, hay que hablar de Jesé. Personalmente me importa poco si es cierto que el club jugaba al despiste al sacar a Bale de la convocatoria. Deben de sacarle del escenario hasta que no esté en disposición de rendir al máximo nivel y salir al campo a divertirse en lugar de tener esa cara de tengo un palo en el recto. Si ello implica que no juegue esta temporada que así sea. El canario tiene los genes necesarios para jugar aquí y sentar a quien sea en un par de años. Mientras que el galés ya se ha perdido la mitad de los minutos de competición, Jesé ha cumplido en la cuarta parte de minutos en todas las grandes citas sin excepción. No debería basar el Madrid la temporada en todos los puntos que está salvando para el equipo, pero no recuerdo a muchos jugadores con tanto nivel y descaro a los 20 años. Y de los que puedo acordarme han sido todos auténticas leyendas. Puede que sea una salvajada y oportunismo, pero ahora mismo no cambio todo el futuro de este jugador por lo que pueda aportar el galés si llega a recuperarse. Hay miedo a reconocer que Bale puede ser otro caso Kaká, y al igual que el brasileño, haber jugado lo mejor de su carrera antes de aterrizar en Madrid y vivir una farsa. No hay margen de mejora: debe recuperarse y demostrar lo que le ha convertido en mejor jugador de la Premier, porque el público ya tenemos claro quien es el fichaje de esta temporada por cero euros y a un millón de euros de sueldo.

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