jueves, 27 de febrero de 2014

La florista


En su libro "Marca Profesional", Irene Martinez nos recuerda una escena de My Fair Lady (1964) donde Audrey Hepburn afirma: "Verá usted, aparte de las cosas que cualquiera puede aprender, la diferencia entre una dama y una muchacha vendedora de flores no está en su manera de comportarse sino en la forma como se la trata. Yo siempre seré una florista para el profesor Higgins porque siempre me trata como una florista, y para usted siempre seré una dama, porque usted me trata como una dama y siempre lo hará".


Fíjense ustedes en lo sibilino del asunto. Roberto Fernández, portero del Granada, reconoció que fue únicamente la diosa fortuna quien impidió que entrara en la historia aquella espectacular chilena de Cristiano en el Santiago Bernabéu. ¿Cuántos remates de cada cien habrían entrado? ¿Noventa y ocho? ¿Noventa y nueve? En unos años nadie recordará quien fue el portero y sin embargo nuestros nietos podrán ver a Cristiano volar y volar. Pues bien, esta mañana he sufrido la desgracia de tener que compartir un espectacular muffin de frutos rojos de la parienta con la cansina verborrea de los mamporreros habituales, defensores de Iker Casillas de la Concepción de Todos Los Santos. Mientras toda Europa se deshace en elogios a la exhibición de Real Madrid, muchos emplearon gran parte de la retransmisión y de sus artículos de hoy a hablar del milagro de Iker. Atentos al vídeo, con audio de @lamacope incluido por el mismo precio:



"El Santo, el santo, el santo, llama a Toni Grande y pregúntale quien es el mejor portero de España, de Europa. del Mundo". Este es el nivel del gran Manolo Lama, que imagino que con el mismo baremo considera a Roberto otro gran portero de talla mundial (por supuesto, sin ánimo de ofender al bueno de Roberto, a quien considero de corazón que sus humildad le dejó en un gran lugar). Bromas aparte, lo que el vídeo deja claro es que el balón le golpea en el costillar, como le podría haber golpeado en el aparato reproductor o haber partido la nariz. De hecho, pueden ver como Draxler, lejos de enfadarse como Cristiano en su momento, se marcha del escenario riendo, incrédulo a lo que ha visto. Quien vea en esta jugada esto un acto divino tiene un grave problema desperdiciando su vida leyendo un blog donde Casillas, haga lo que haga, pare lo que pare y gane lo que gane, será siempre la florista a la que referencia Eliza Doolittle. Para mí, ya siempre será el topo y le trataré como tal desde que consideró que "la estábamos cagando", llamó al de els valors, influenció gravemente en la destitución del mejor técnico que hemos tenido en muchos años, filtró información privada del vestuario, demostró ser mal capitán y chantajeó al club con su marcha, algo que Santiago Bernabéu no habría consentido. 


También quiero comentar hoy las declaraciones de Raúl González, quien afirma que le habría gustado jugar una mitad del partido con cada equipo. Desconfíen de ese tipo de personas que quieren quedar bien con todo el mundo y evitan adoptar una posición claramente definida. Tras haber pasado 16 años en el Real Madrid, quien le ha aportado literalmente todo lo que tiene en su vida, sorprende que por dos temporadas en el Schalke iguale la balanza con el Schalke. Este es el tipo al que muchos quieren de vuelta en el Real Madrid para engrosar la nómina de incompetentes que merodean por la directiva. ¿Se imaginan a Raúl haciendo de Butragueño o Pardeza, dos tipos que allá donde van invitan a darles una limosna? ¿Le ven entrenando? ¿Dirigiendo al club?. Antes de contestar tengan en cuenta que Míchel da por buena una hipotética eliminación de Olympiakos contra el Real Madrid, porque lo haría frente al mejor equipo del mundo. Ese es el nivel que deben emplear para hablar del Real Madrid. Y que conste que yo fui otro defensor a ultranza de Rául, hasta que empezó a arrastrarse por los terrenos de juego y olvidar sus orígenes.

Alguno se habrá dado cuenta que aún no he dicho nada del partido. No lo verán. Curiosamente muchos de los que hoy hablan maravillas de la BBC, pitaron abiertamente a Benzema o se burlaron de la hernia de Bale. Sin embargo, pese a todo, debemos verlo como algo positivo porque hoy hacen madridismo o al menos lo intentan. Acojonan a los indios de cara al Domingo, corren a la tienda Adidas del estadio a comprar camisetas naranja y se les ve hoy demasiado tras meses en la sombra. Yo prefiero la polémica, buscar el resquicio de mejora, la purga de los males que acosan al club. Desde luego no son temas tan bonitos y lustrosos como el oportunismo, pero para embajadores de buenas palabras y crónicas melosas ya pueden leer hoy a Roncero (que curiosamente tuvo tiempo de acordarse de Mourinho), Diego Torres, Segurola, los Manolos y demás folklóricos. Hala Madrid.

lunes, 24 de febrero de 2014

La derrota (I)


Observen atentamente las caras que aparecen en esta entrada porque son la viva imagen de la derrota. Y es que, como buen mourinhista, esta semana he disfrutado mucho de sus fracasos, en especial los de Pelelegrini y del abuelo Wenger, gurús destinados a sentar cátedra en el fútbol moderno y que a la hora de la verdad han vuelto a mostrar su auténtica vocación de perdedores. Del ingeniero, qué decir que no viéramos por televisión. Jamás ha pasado de octavos de final y tras dirigir a dos equipos con gran presupuesto, queda claro que el problema no era del Real Madrid ni del Manchester City. Lo mejor fue la previa al partido, donde Pellegrini destacaba su deseo de jugarle al Barcelona de tú a tú, mimando el balón y buscando la victoria. Ilusiones. Apostaría un buen puñado de euros a que en su fuero interno no había convicción alguna en sus palabras pero no podía decir otra cosa considerando la inmensa la fortuna que se han gastado los citizens durante los últimos años. No se dejen engañar por la pena: si después de todo lo que ha llovido toma como original un discurso basado en la defensa, la intensidad y los criterios industriales, sería una monumental bofetada en toda la cara para esos grandes genios de la comunicación que quisieron ver en este hombre un mago de la estrategia. Por fortuna, ahí está la hemeroteca para recordarnos que si no consiguió plantarle cara al equip dels valors con mucha mejor plantilla siendo técnico del Real Madrid, difícilmente lo iba a conseguir con los ingleses, un equipo que línea a línea es sensiblemente inferior a la plantilla que le entregó Florentino Pérez. Puedo conceder que fue otra víctima más del eurovillarato y eso es algo que nuestra retina no quiere olvidar, pero no olvidemos que el City apenas tuvo dos ocasiones de peligro real en todo el partido, bagaje muy pobre para jugar en su propio campo. Podrá patalear Pelelegrini todo lo que quiera, por cierto con menos carisma para hacerlo si lo comparamos con Don José Mourinho y el ya mítico pur qué, pero realmente solo le queda el consuelo de saber que nadie que se enfrente a Hernández y compañía en Europa acaba el enfrentamientocon once jugadores. Por si fuera poco, el partido de vuelta parece destinado a hacerle pasar otro mal rato y demostrar que no tiene palmarés ni medios para ser entrenador de un equipo del top 8 europeo. 




Y si la cara del chileno fue para enmarcar, la de Wenger no quedó atrás. No se fíen de un tipo al que media Europa ha ofrecido cheques en blanco para entrenar y sin embargo ha preferido la vida contemplativa. Sin presión alguna, cada temporada para Wenger se reduce a conseguir un buen papel en las competiciones inglesas (Premier, FA Cup y Community Shield). No parece que tenga ambición por nada más y desde que vivió el milagro Henry hace ya una década, no hay mucho más que contar del francés. Nada de grandes éxitos, epopeyas memorables o actuaciones para el recuerdo: únicamente buenas palabras, un halo de presunta elegancia y sobre todo mucha derrota. Mi teoría es que no diseña equipos que puedan aspirar a ganar una Champions, sino para fortalecer su imagen de mánager, de gran gestor y sobre todo de director deportivo con una capacidad innata para reconocer y explotar el talento: Klinsmann, Vieira, Anelka, Van Persie, Fábregas y sobre todo Henry son algunos ejemplos de jugadores que han forjado carreras de éxito a raíz de conocer a Wenger. Y como este negocio es así de visionario, no es de extrañar que algunos iluminados vieran en Özil al siguiente proyecto personal del francés, y que hayamos oído en los últimos meses declaraciones tan demenciales como que el alemán sería un potencial ganador del Balón de Oro en un plazo máximo de cinco años. Cualquier madridista sabe que a pesar de un talento descomunal para jugar a este deporte, Özil no tiene la cabeza lo suficientemente bien amueblada para dirigir a un equipo a la final de la Champions. Es una pena que la prensa inglesa, bastante más dura que la española, lo dinamite de semejante manera y se pregunte por qué vive en un mundo de sombras. Wenger tampoco es Mourinho, y no ha entendido que no es un salvador, únicamente un actor de lujo al que hay que gestionarle muy bien los papeles y protegerle de su propio público. En palabras del propio Wenger, fallar el penalti tuvo un "tremendo impacto" en Özil. Curiosamente, nadie le rinde cuentas al técnico. Pero claro, Inglaterra no es España y parece dispuesto a perdonar el fracaso de dos individuos que curiosamente no pueden ni ver a Mourinho, quien si algo ha tenido siempre claro es evitar perder una eliminatoria en los primeros noventa minutos. 




También escaso fue lo visto en Milán. No creo que Seedorf sea alguien capacitado para devolver a la senda de la gloria a los italianos, pero en cualquier caso tuvo una trayectoria como jugador lo suficientemente interesante como para infundir a sus jugadores un mayor espíritu competitivo. Y es que a fin de cuentas, el año pasado le amargaron la noche al Barcelona en San Siro con una plantilla igualmente limitada. Puede que ese balón al palo de Kaká y la prodigiosa parada de Courtois hubieran cambiado el guión de la eliminatoria de cara al partido de vuelta, pero darle al Atlético la oportunidad de pasar a cuartos en su propio campo es jugar con fuego como reflejan en este momento las casas de apuestas. Y tras el milagro en San Siro, la semana no podía acabar sin que el Atlético volviera a la senda de la derrota. Tras recibir tres goles en ese carismático paraje que es el reino de Navarra, podemos decir que lo ha hecho a lo grande. El Domingo puede por completo el tren de la Liga, y es que tal vez el cholismo no sea más que un milagro pasajero.




Gran tarde también ayer para la gravitación. Existe la férrea creencia de que cualquier entrenador puede llevar a lo más alto al equip dels valors. Da igual si se llama Guardiola, Pito o Tata. Creen en Barcelona que la verdad les hará libres y que el sistema está por encima de los jugadores, del club e incluso de la sociedad. Por eso tiene un carácter melancólico la cara de Martino tras perder claramente contra la Real Sociedad. Dije que este hombre nos daría grandes tardes y no me esta defraudando. Empieza a oler a rancio y puede que en breve, si no acompaña los resultado,viva en primera persona els valors y el seny blaugrana. Atentos a los tebeos locales.

En definitiva, en esta entrada hemos visto como por mucho que se invierta económica y deportivamente en un proyecto, es fundamental que este no dependa de individuos vinculados al fracaso o toda la gestión puede irse al garete. No se engañes: Wenger, Pellegrini, Simeone y Martino no forman parte de ese reducido clubs de técnicos tocados por la mano de Dios y si quieren ganar un dinerito apuesten a largo plazo en su contra. Y antes de que me pregunten diré que tengo serias dudas de que Ancelotti sea uno de ellos, pero al menos sabe lo que es ganar la Copa de Europa y maquilla su falta de ideas con las genialidades de Cristiano, Jesé y Benzema. Si además se incorpora a la fiesta Bale con disparos como el del Sábado, apaga y vamonos.

lunes, 17 de febrero de 2014

El político, el marqués y el accidente


Dice Ancelotti que ya no le sorprende Jesé. Le ha quedado la frase muy diplomática, pero si le llegan a decir a principio de temporada que cada gol y asistencia del canario le iba a dar tantos puntos y días de calma, seguramente se hubiera reído como Rafa Mora. No olvidemos que históricamente Ancelotti, como buen político, no ha sido muy amigo de alinear jóvenes en detrimento de veteranos, esos tipos con los que realmente te juegas las costillas en los momentos clave. Queda muy bonito darle golosinas a Jesé en público tras otro golazo contra el Getafe, pero vamos a ver si es capaz de mostrarle su confianza cuando tenga que jugar en Alemania o Inglaterra. Ahí veremos realmente si se cree lo que dice o se trata de artificios de cara a la galería.

No nos engañemos: el accidente Jesé le ha venido a Carletto como agua de Mayo. Con muchas semanas por delante para acomodar un planteamiento aburrido donde lo que más ha destacado es la seriedad y los momentos de autogestión, el italiano se ha limitado a maquillar. Y hay que reconocer que a falta del show time prometido, lo ha hecho de maravilla. Imaginen que Mourinho hubiera gastado 160 millones de euros en Bale, Isco e Illarramendi, que jugara a los cromos con Diego López y el topo, que se la hubiera liado a Casemiro de semejante manera, que diera luz verde a la salida de Özil e Higuaín para jugarse los goles de una temporada al devenir de Benzema y dos canteranos o que hiciera creer al gran público esa pantomima de que los jugadores tienden a competir por ser titulares para explicar por qué entre Carvajal, Arbeloa, Marcelo y Coentrao no pueden salir dos titulares. Todos sabemos la respuesta, y si ahora mismo no sufre cada Lunes esas bonitas portadas de los fanzines de la capital, es porque le acompañan los resultados. Fíjense hasta que punto es decisivo el rendimiento de Jesé, que la ausencia de Cristiano no ha sido tan crítica como pensábamos. De hecho, parece que le va a venir para disfrutar de un merecido descanso. Y eso, en una Liga por encima de noventa puntos donde perder tres puntos te resta un 20% de posibilidades de ser campeón, no tiene precio.

En cualquier caso, si todo sigue en términos parecidos, lo realmente morboso será ver si el Marqués de Salamanca, político ejemplar del mismo gremio que Ancelotti y con ojeriza para la que afirma fue su casa, tiene lo que hay que tener para convocar a Jesé y sobre todo, darle minutos. La buena noticia es que ahora mismo un jugador de su perfil en la Selección Española tiene mucho marketing. La mala noticia es la vida no puede ser tan maravillosa como para ver a Jesé Rodríguez Ruiz, jugador del Real Madrid C.F., vestido de negro y flúor siendo decisivo en un Mundial. Todo un golpe mortal para el folklore generado por Mediaset en forma de Manolos, rojistas y demás fauna ibérica. Por todo ello, el madridismo patrio debe entonar desde hoy el cántico: Jesé Selección. En ello nos va recuperar a la Selección Española (que no La Roja) para la causa. 

miércoles, 12 de febrero de 2014

La gasolina


Como ya afirmé, era cuestión de tiempo que al Atlético se le acabara la gasolina. Lo que no imaginaba era que ni siquiera avisaría que entraba en reserva. Anoche fueron incapaces de aguantar medio asalto y tras lo visto en la última semana donde se han borrado de golpe de dos competiciones, parece que el Mourinho de los pobres tiene trabajo extra como psicólogo por delante. Si alguien pensaba que podrían afrontar el calendario con una plantilla tan corta, mucho esfuerzo, garra y demás tonterías, hoy habrá despertado a la dura realidad. Sin la capacidad de sustituir las piezas que van reventando por el esfuerzo y muy cortos de capacidad goleadora (Diego Costa necesitaría moverse en registros de 25 goles en adelante para tener opciones), es imposible optar a todo. Esa es la diferencia del top 4 de Champions con el resto: la capacidad de confeccionar una plantilla en lugar de un once inicial que tarde o temprano hay que rotar.

Enfrente, la otra cara de la moneda. Un Madrid al que por encima de todo vemos muy fresco, que ha ganado el tiempo y la calma necesarias para que su entrenador entienda donde tiene la mano derecha (en breve, examen final para Ancelotti) y que por encima de todo, ve como su fondo de armario responde. Muy pocos pueden rotar como mínimo un recurso por línea. Regresó Varane, Illarramendi cumplió como buen gregario, vimos una versión de Isco similar al inicio de campaña, y Jesé se muestra como un recambio de lujo. En definitiva, jugadores que ahora mismo aceptaría el Atlético con los ojos cerrados y que te dan el respiro necesario para encarar las próximas eliminatorias de la Liga de Campeones y el final de Liga. Si a ello le sumamos que el equipo se mostró muy serio y no dio pie a una de esas noches donde el pipero tiene miedo "a que hagan el gilipollas", entenderemos como el equipo asume que se acerca su momento y el vecino vuelve a ser ese equipo vulgar que da por buena lo que queda de temporada si complica el cruce de liga pendiente en el Calderón, y sobre todo, juega con el morbo de poder decidir el campeón en la última jornada: Atlético de Madrid - FC Barcelona.

lunes, 10 de febrero de 2014

Expectativas


Comentaban en cierto debate televisivo que Bale había silenciado las críticas y que ya se movía en los números de Messi con cien minutos menos de juego. Lejos de hacerle un favor, creo que semejante declaración evidencia la pésima temporada de ambos, con estadísticas muy pobres para jugadores que se mueven en la órbita del Balón de Oro. Lo que haga el argentino me importa más bien poco en la medida que el Madrid ya depende prácticamente de sí mismo de aquí al final de campaña, pero sí me preocupa que alguien piense que Bale está de vuelta tras lo visto en cuarenta y cinco minutos en Liga, en casa y contra un equipo que no es un rival directo. Lo mejor de Bale debe llegar en esos minutos que separan a los mediocres de los héroes y por lo que se pagan cifras al alcance de muy pocos: ser determinante en momentos clave. Ese es el baremo que debemos tener con el galés a la hora de valorar si cumple con las expectativas de su fichaje.

Quien sí las cumple es Jesé. Aunque terminase ahora la temporada o no aportara nada más al equipo, quiero insistir en que no ha costado un euro y cobra un millón de euros al año. Dice Ancelotti que hay que ser prudentes con el canario, y aunque coincido en que no se puede amoldar todo un esquema de juego para incluirle, debo discrepar en ese exceso de prudencia del míster. Ahora mismo, con el grado de confianza que tiene en sus posibilidades, con esa fe de que puede con todos y sobre todo, por las ganas de demostrar lo que tiene en su interior, lo que hay que hacer es apostar por él. ¿Qué puede pasar? ¿Que fracase? En ese caso, siempre podrá decir Ancelotti que le dio los medios necesarios, algo que se antoja mucho más barato que cerrar las puertas a un jugador que ya de por sí le esta facilitando la estancia en Madrid al italiano semana tras semana.

Y como no, todas las expectativas son pocas en la sección de baloncesto. Ayer consiguieron el primer título de la temporada de la mano de un técnico que sabe gestionar correctamente los recursos que tiene a su alcance. Hay equipo para ganarlo todo y para colmo parece que acompaña esa chispa de magia necesaria para ganar en las grandes citas. Quedan para la posteridad imágenes como el abrazo de Llull y Her Direktor, o la cara que se les quedó al equip dels valors. Ni el peor arbitraje de Europa va a impedir que sean las últimas que veamos.

jueves, 6 de febrero de 2014

Camino de la final


Situémonos. El domingo durante el partido contra el Athletic, Ayza Gámez refleja en el acta incidentes entre Cristiano y Gurpegui que justifican la expulsión del portugués. Dos días más tarde, ante el ridículo y el miedo a la nevera que debió recorrer su cuerpo al ver las imágenes de Canal+, corrige sus apreciaciones e indica que lo referido es contra Iturraspe. Y lo mejor de todo no es que sea un pucherazo antológico que lo haga, lo realmente sorprendente es que el comité de competición admita la corrección y para colmo sancione con tres partidos a Cristiano. Mientras tanto, Gupergui e Iturraspe se ríen en su casa a carcajada limpia. Este es el nivel que me gusta ver en los árbitros y que me hace recordar los mejores momentos que nos ha dado el villarato. El mensaje para los niños también es claro: no sólo no se protege al talento y se promueve el fair play, sino que recompensamos la pillería de individuos que lo más técnico que han hecho en su vida futbolística es patear una lata de coca cola. Nada de declaraciones al finalizar el encuentro donde se diga que no ha pasado nada y han sido lances del juego o cualquier intención de quitar hierro al asunto. Veremos como actúa el club en su recurso de apelación, pero pagaría por ver un comunicado donde se declare a todos estos tipos personas no gratas e incluso desagradables porque viendo el respetuoso minuto de silencio que brindó el Santiago Bernabéu a Luis Aragonés queda claro que no tenemos nada que ver con esta gente.

Dicho esto, las claves de derbi son claras. La primera de ellas fue la monumental actuación de la zaga madridista. Al igual que he criticado la pésima temporada de Canelita, es de recibo reconocer que anoche mostró un nivel de juego similar al que exhibía con Mourinho. Sentimientos parecidos afloran con Pepe, al que tengo por un judas indigno de los valores madridistas, pero que nos dio la calma necesaria para jugar y aportó la imagen del partido al reírse en la cara de Diego Costa como Rafa Mora. Tampoco me acordé de Marcelo (mala noticia para él) ni de Carvajal, que aunque más solvente durante toda la temporada no tiene las tablas de Arbeloa en este tipo de partidos. Del topo, no voy a decir gran cosa. Comparar su récord con el de Buyo es una tomadura de pelo dado todo lo que tuvo que parar Don Francisco. Volvió a cantar por alto en todas las jugadas a balón parado y si no es por Modric ahora no hablaríamos de una eliminatoria cerrada. Pero el pipero disfruta con estos mantras basados en 14 años sin conocer la derrota y parece dispuesto a reclamar su titularidad. Es una lástima, pero creo que poco le queda a Diego López como titular si nos atenemos únicamente a fetichismos.

La segunda clave del partido fue el inmenso dominio del centro del campo madridista. Vimos a Xabi Alonso enfundarse el mono de trabajo y aparecer siempre en cada ayuda, en cada lance y en cada rechace. No se lució tanto como en otras ocasiones, pero partidos como el de ayer son los que le convierten en un jugador insustituible por esa capacidad de liderazgo innata a muy pocos medio centros. Y eso amigos míos, no se paga con dinero. Por eso cualquier cuerpo técnico busca conjuntar el liderazgo con el trabajo y gusta de asociarlo con jugadores del perfil del Di María, relegado de tareas ofensivas para apoyar en labores de intendencia donde su sacrificio resulta básico en partidos de brega. Si a ello le sumamos el gusto del madridismo por la garra y la antológica asistencia que regaló a Jesé, es fácil entender que queden atrás esos gestos a la grada paquete en mano. Viendo la trayectoria del argentino no sabemos cuanto durara su implicación con el equipo, pero parece que ha entendido que un puesto de titular ahora mismo se vende a precio de oro.

Mención aparte merece Modric. Es un escándalo la omnipresencia del croata. Salvó un gol cantado, recuperó todos los balones habidos y por haber, distribuyó el balón como quiso y cuando quiso y sin lugar a duda fue la auténtica pesadilla rojiblanca en el día de ayer. Nos hemos cansado de alabar la temporada de Cristiano, pero es una incógnita saber donde estaría hoy este equipo sin el juego de Luka, más aún si tenemos en cuenta el clamoroso fracaso del club a la hora de diseñar la plantilla de esta temporada: Illarramendi, aunque correcto, no podrá sentar a ninguno de estos jugadores en los próximos dos años, Isco hace inmensamente larga la sombra de Özil y cuando vuelva Khedira es probable que de seguir en el banquillo Ancelotti jugara con el alemán, Alonso y Modric. Le añadimos la zaga vista ayer y tenemos la columna vertebral del mejor Mourinho, o lo que es lo mismo, reconocer que el club ha sido incapaz de pasar página y que el italiano únicamente es un político cuya misión es devolver las aguas a su cauce.

Más claves. La interpretación del Atlético de Madrid sobre lo que sería el ataque madridista. Se centraron demasiado en diluir la actuación de Benzema y Cristiano, debido fundamentalmente a que Simeone entendió que muchas de sus opciones pasaban por anular el gol de media por partido que anota el portugués y la aportación al juego ofensivo del francés. Fue un fallo claro que les hizo cerrarse muy atrás para conseguirlo y que favoreció la aparición de espacios. Si bien las dos últimas victorias del Atlético contra el Real Madrid se basaron en la gran disciplina de dos líneas de cuatro hombres muy bien conjuntadas, anoche su alineación era un coladero imposible de tapar por Gabi o Koke. No jugó bien nadie del Atlético y desde luego tuvieron mala suerte en dos de los goles, pero es llamativo que Simeone, cuyo trabajo me parece digno del calificativo de Mourinho de los pobres, no fuera capaz de corregir esta circunstancia tras el descanso cuando tiene un equipo diseñado fundamentalmente para ser intenso. Lo que no tiene es banquillo y el final de la temporada se les hará cuesta arriba.

Como no, hay que hablar de Jesé. Personalmente me importa poco si es cierto que el club jugaba al despiste al sacar a Bale de la convocatoria. Deben de sacarle del escenario hasta que no esté en disposición de rendir al máximo nivel y salir al campo a divertirse en lugar de tener esa cara de tengo un palo en el recto. Si ello implica que no juegue esta temporada que así sea. El canario tiene los genes necesarios para jugar aquí y sentar a quien sea en un par de años. Mientras que el galés ya se ha perdido la mitad de los minutos de competición, Jesé ha cumplido en la cuarta parte de minutos en todas las grandes citas sin excepción. No debería basar el Madrid la temporada en todos los puntos que está salvando para el equipo, pero no recuerdo a muchos jugadores con tanto nivel y descaro a los 20 años. Y de los que puedo acordarme han sido todos auténticas leyendas. Puede que sea una salvajada y oportunismo, pero ahora mismo no cambio todo el futuro de este jugador por lo que pueda aportar el galés si llega a recuperarse. Hay miedo a reconocer que Bale puede ser otro caso Kaká, y al igual que el brasileño, haber jugado lo mejor de su carrera antes de aterrizar en Madrid y vivir una farsa. No hay margen de mejora: debe recuperarse y demostrar lo que le ha convertido en mejor jugador de la Premier, porque el público ya tenemos claro quien es el fichaje de esta temporada por cero euros y a un millón de euros de sueldo.

lunes, 3 de febrero de 2014

Desde el silencio


Como bien recordaba Natalia Martinez en Twitter, "en el antiguo San Mamés, jamás se guardó un minuto de silencio por ninguna víctima asesinada por ETA". En consecuencia, es imposible que este escenario respete la memoria de Luis Aragonés, madrileño, seleccionador nacional de éxito que puso el nombre de España en boca de todos y por encima de todo, un hombre de carácter. Hoy quiero empezar esta entrada diciendo que es triste y vergonzoso que Carlos Martínez afirmase en los micrófonos de Canal+ que la mayoría del público guardaba respetuosamente silencio. Aquellos que apreciamos la virtud del honor no podemos mirar hoy a otro lado y debemos censurar hoy al señor Martínez (Madrid, 1964), ya que la familia de Luis Aragonés merece que si un estadio mancilla ese momento de respeto, el locutor como mínimo informe de lo que ocurre: una pitada monumental. Puedo entender que el miedo a las represalias, el pánico a salirse del guión establecido en un ambiente claramente hostil y el halo de corrección con el que Canal+ pretende arroparse en cada jornada, impida al señor Martínez tener la catadura moral de grandes periodistas como Luis de Olmo y obrar como exigen las circunstancias. Lo que no puedo entender y desde luego no quiero compartir es que se falte a la verdad y se hable del señorío y saber de ese público. Desde aquí quiero invitar al señor Martínez a reflexionar sobre que hubiera pasado si él hubiera sido el fallecido y Aragonés quien se encontraba tras el micrófono.

Dicho esto, ya he comentado en alguna ocasión el sinsentido de politizar el fútbol, pero por desgracia, jugar en Bilbao no da para mucho más. Aquí no se puede hablar jamás de fútbol porque si bien para el madridismo es un noche desagradable, el Athletic es unos de esos equipos que da por buena la temporada si le amarga un par de noches al Real Madrid. En esas citas renuncian por completo a la escasa calidad y toque que hay en sus botas para apostar por su auténtica versión de mamporreros. Para colmo, insultos, patadas, agarrones y cualquier otra artimaña son jaleadas ocasionalmente por la narración del partido como "espectáculo de intensidad". Sumen a la causa a un árbitro como Ayza Gámez que propicie el show y entenderán como cuando Gurpegui montó semejante numerito circense, todos supimos que se había terminado el partido: roja para Cristiano, amarilla al tonto útil de Iturraspe y aplausos para un tipo que cuando se retire nadie recordara salvo por sus dotes como leñador. Vomitivo.

En el plano deportivo, y una vez exiliado Mourinho, lo que tengo muy claro es que no sabemos amoldarnos a este tipo de encuentros y lo visto anoche fue un claro ejemplo de lo que veremos en Liga y Copa contra el Atlético de Madrid. Atrás digamos que Diego López cumplió con su rol, Carvajal y Marcelo no llegaron a pisar el campo del Athletic durante todo el partido y Pepe tuvo bastante con tapar las carencias de otra noche para el olvido de Canelita, que se postula para una renovación millonaria con dos claras asistencias en plena frontal del área. Del centro del campo sólo puedo decir que me acordé de Khedira. Era un partido claramente para el alemán donde Alonso y Di María no pueden competir con el trabajo de marrullería e intendencia de los locales. Sólo Modric cumplió con lo esperado y sumando todo se antoja muy poca aportación de la medular como para ganar. Y en la delantera, suspenso generalizado. Benzema, muy blandito, demostró una vez más que nunca tendrá carácter en las grandes citas, Cristiano fue completamente anulado y Jesé apenas rascó bola. De haber jugado Bale estoy convencido que ni siquiera hubiera tocado balón y si el único recambio es Morata, parece lógico pensar que fue una mala operación vender al Pipa. El miércoles veremos si hemos aprendido la lección, pero la exigencia física y mental no es el fuerte de Ancelotti. Veremos si el Bernabéu puede aportar el ambiente necesario.