Se viene la tercera temporada de Chalibú. Y como no podía ser de otra manera, quería empezarla con la marcha de TopoR. Sin embargo, la capacidad de supervivencia de este elemento tan sumamente cancerígeno va a pasar a los anales de la vergüenza como un ejemplo de como destrozar el final de una exitosa carrera deportiva y dilapidar por completo su marca comercial. La salida de Casillas es una cuestión de estado no tanto por su peso específico en el plano deportivo sino por la sangrante división que genera en el madridismo. ¡¡¡ Y mira que nos vendieron que era cosa del pérfido Mauriño !!!
Hoy nos cuentan que si Casillas no es agua pasada en este club es porque su salida, con impuestos y demás, se estima en torno a los 30 millones de euros. Este precio se lo debemos a Ramón Calderón y a esa tendencia tan fatídica del club de ofrecer contratos vitalicios y posibilitar que jugadores acabados en su status de estrellas calienten indefinidamente el banquillo y condicionen el diseño de la plantilla. Por si fuera poco, al ya desmesurado coste económico de la operación hay que añadirle el coste moral e institucional que supone la salida de nuestro bien amado capitán. Una parte de los valores del madridismo se han podrido con la salida de Diego López. Es difícil explicarnos como un jugador que ha costado tan poco (llegó y se fue por tres millones), tan comprometido con el club y cuya relación calidad - precio ha sido tan favorable, pueda salir de esta manera. Tengo fe en Florentino, en Jose Ángel Sánchez y quiero pensar con todas mis fuerzas que la línea deportiva a largo plazo imposibilita que un profesional como Diego tenga hueco en el Madrid. Y nos nos engañemos, el Milán pesca con éxito en rio revuelto mientras el club negocia dos posibles escenarios según pueda pactar con el entorno de TopoR una salida satisfactoria para todas las partes, con Casillas deshojando la margarita y recopilando balones firmados por todos sus compañeros...
La jugada a largo plazo (indefinida por otra parte) es Keylor Navas y Thibout Courtois. Pero es tan sumamente compleja y depende de tantas variables que quizás tengamos que asumir otros escenarios. Eso sí, en ninguno de ellos parece viable que el chantaje económico-psicológico del entorno de Casillas le devuelva la titularidad. Esa realidad sería equivalente a decir que este club lo maneja un jugador y por mucha droga que fumen sus palmeros, Casillas con 34 años poco poder de influencia puede tener ya. Poco probable es que Keylor Navas asuma venir a Madrid como suplente de Casillas, con la intención de "aprender" del santo. No olvidemos que Navas ha sido el portero que más parado en la temporada pasada y que entrena parando pelotas de tenis, un nivel muy cercano al de las últimas actuaciones del ciudadano de Móstoles.... Crean lo que quieran, pero acepto apuestas a que el #ToporOut está mucho más cercano de lo que parece (y diría que también que oiremos algo parecido con Di María y Khedira). En cualquier caso, a este culebrón le quedan a lo sumo tres semanas. Y visto el excelente sabor de boca que dejó el Madrid anoche este asunto debe cerrarse para asegurar la paz institucional. Porque, estimado lectores, si el Madrid parece tan sólido a 13 de Agosto, no me quiero imaginar el paseo triunfal que puede ser esta temporada. Menudo escándalo el rendimiento de Kroos, con Cristiano por sus fueros, Bale como un toro y todo en general luciendo una armonía impropia de Agosto. Únicamente James pareció desentonar, aunque a estas alturas no parece crítico como para estar preocupados.
Por el momento poco más: seguir disfrutando del verano y lanzar el mensaje de que el Chalibú 3.0 comienza en breve con fuerzas renovadas. Eso, y acabar esta entrada quitándome el sombrero con Xabi Alonso. Ese gesto a Platini, junto a la posibilidad de reirse en la cara de Cristobal Soria, es probablemente lo mejor de la pasada noche. Una noche que puede haber sido testigo del último partido de TopoR como titular. Veremos si flota.

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