sábado, 23 de agosto de 2014

Dudas



En serio, ¿no les maravilla Ancelotti? Vaya showman. Si el Real Madrid pretendía realmente despachar a Casillas (algo que cada día que pasa parece más improbable) él marea con su estrategia de quita y pon: "Jugara hoy y mañana ya veremos" o mejor el mediático "He decidido quien será mi portero pero de momento no lo voy a decir". Si el club quiere hacer caja con Di María él se resiste a sacarle de la alineación, algo lógico viendo como recuperó para la causa a un jugador que tenía sus días contados como jugador merengue. Por otro lado no tiene reparos en dejarle tirado al compararle con el Balón de Oro o con Bale y no duda en replicarle a Simeone que "es nuestro jugador y lo utilizo como quiero", en un comentario más propio del Scattergories. Pero la guinda la puso el Jueves al reconocer que Di María se quiere marchar, y no porque sea un secreto a voces, sino porque se da de bruces con la famosa y recurrente consigna de Don Santiago Bernabéu que señala la puerta a todo aquel que no quiera jugar en el Real Madrid. Es un error de bulto que Ancelotti mande un mensaje del tipo "negocia por 6, 8 o 10 millones que si te sale mal aquí tienes tu hueco reservado" cuando la postura del club sin lugar a dudas debería ser "si no quieres estar aquí y el 1 de Septiembre eres jugador del Real Madrid, tu destino será la grada". Anoche para añadir un capítulo más al culebrón declaraba en rueda de prensa que no le hizo saltar al campo porque no le necesitaba. Que quieren que les diga, el Madrid de sobrado no tuvo nada y cada cambio era más extraño que el anterior, con la salida de Kroos envuelta en muchas dudas en las redes sociales.

En cualquier caso, llueve sobre mojado en lo que quiere Ancelotti y lo que le entrega el club. Recordemos que el fichaje de Isco le llegó con calzador y aunque muy elegantemente sólo tiene para él buenas palabras en rueda de prensa, es un habitual del banquillo cuando se apagan los focos. Verle jugar resulta tan extraño que da idea del grado de desesperación que sufría el italiano viendo como ni con otros 45 minutos el Madrid hubiera podido marcar en el Calderón. James debe tomar nota porque no parece que Carlo haya tenido mucho que decir en su incorporación. Si ayer fue de lo mejor del Madrid con una actuación discreta tenemos un problema grave de concepto.

En definitiva, uno se pregunta si el bueno de Carlo mantiene línea directa con el club o el halo laissez faire que envuelve sus declaraciones se debe a una estrategia consensuada y claramente premeditada. El asunto no es baladí, ya que resulta inquietante pensar que años después de la espantada de Camacho, el entrenador del Madrid sigue siendo un podre diablo sin voz ni voto que debe cumplir a rajatabla con los designios del club. Yo creo que cada rueda de prensa de Ancelotti lo único que consigue es reforzar las historias que le dibujan como un técnico de club pero incapaz de hacerse valer ante el mismo y presa de terceros. Resulta asombroso que un hombre con semejante palmarés, no pueda afirmar a estas alturas de su carrera que cuenta y quiere como titulares a Casillas y Di María. Si un perfil como Mourinho no es válido y el de Ancelotti es una marioneta, entonces no hay esperanza para este banquillo. Fíjense en el culebrón infinito de Casillas: 
todos los protagonistas han reculado al menos una vez y nadie es capaz de poner solución. ¿Tiene voz Ancelotti? Si TopoR es su portero, ¿a qué juega sin ratificarle públicamente? Habrá que preguntarle a la nave del misterio.

Si hay algo que deja la Supercopa sobre este equipo a 23 de Agosto son dudas. No quiero entrar en el estilo del Atlético porque con el son oficialmente un rival incómodo y les funciona. Nadie va a descubrir a estas alturas de la vida a Simeone como un british gentleman ni el juego de su equipo optará a trofeo alguno fair play. Pero los títulos van cayendo y las ideas mas o menos embriagadoras son claras. El Madrid por contra me recuerdó anoche esa etapa de estrellato donde nadie parecía capaz de ponerse el mono de trabajo y que todos conocemos como acabo. El paso de los meses nos dirá si entre tanta figura el italiano puede conseguir que alguien haga todo ese trabajo sucio que hace rodar a un equipo porque parece que con la salida de Di María (y en menor medida de Khedira) nadie parece dispuesto a mancharse las manos. Calidad sobra, pero el ejercicio de dirección no se ve claro de momento...

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