A las 15.00 hora zulú, nuestro amado capitán ya había filtrado la alineación titular contra la Juventus. Evidentemente, este tipo de cosas son nimiedades, pero bastan para comprender el grado de corporativismo en los que se mueve el topo, más preocupado en retroalimentar la maquiavélica relación que mantiene con sus acólitos que de cerrar filas en torno al vestuario. A estas alturas de la película ya no debe sorprender a nadie que sus defensores vean milagros por doquier y aquellos que consideramos que ya debería estar fuera del club no entramos a valorar su actuación. Me importa poco si realizó una gran intervenciónen la primera mitad o si canto en el gol de Llorente: #CasillasFueraDelRealMadrid
No obstante, el auténtico problema del Real Madrid anoche fue que volvió a vagabundear por el campo. Y es una tendencia que empieza a resultar irritante. Presa de las críticas y enfocado en cuajar un partido de gran solidez y orden, renunció a prestar atención alguna al aspecto ofensivo y se fue al descanso con un tiro a puerta en toda la primera parte. De hecho, la segunda parte habilita al Real Madrid en el partido en la medida que la Juve renuncia al balón e intenta amarrar demasiado pronto un resultado muy corto. Cabe preguntarse que hubiera ocurrido si plantean un partido en dicha mitad parecido a lo visto en el Santiago Bernabéu y que arroja una lección muy interesante aunque ni mucho menos novedosa: todo aquel que le dispute el partido, tiene grandes posibilidades de sacar un resultado positivo ante este equipo.
Otra lección a considerar son las consecuencias de aplaudir a rivales y pitar a jugadores de la casa. Me pregunto hoy que pensará el piperismo chic sobre los aplausos a Llorente tras haber perdido dos puntos y la posibilidad de haber cerrado ya la primera fase y dedicar los partidos restantes de esta fase a realizar ajustes varios. Y obviamente, considerar si ha cambiado algo en la figura de Benzema durante estas dos semanas. También, y aunque hizo un partido pésimo, debemos valorar que ha hecho Bale en los últimos partidos con actuaciones muy discretas. ¿A dónde llegará este jugador cuando carbure a pleno rendimiento? La posibilidad de verle en términos de juego parecidos a Cristiano es sumamente golosa. En este club, no es una novedad que los jugadores se muevan entre la gloria y el fracaso de un día para otros y esta es la gran asignatura pendiente de la grada: apoyar al equipo, dificultar al rival.
Más reflexiones tiene por delante un tipo que camino de tres meses de competición resulta sumamente incierto en su juego. Tras el Canelitagate, volvió Ramos a banda y en la primera media hora de juego ya nos había sembrado el miedo en el cuerpo por méritos propios. Ni con la vuelta al once de Xabi, consiguió el equipo un juego robusto. Varane, el mejor en los últimos partidos cantó como Tom Jones en el gol de Llorente y Pepe... bueno, Pepe es un judas. El único que se salva de la quema puede ser Marcelo y no por un amplio margen. Me pregunto si no sería mas coherente mantener un once varios partidos a pesar de los errores para que aprendan a jugar juntos en lugar de rotarlos a todos al primer fallo, algo aplicable en líneas generales al resto del equipo.
Del medio campo, sólo puedo decir que lo único que funciona con algo de consistencia son Khedira y Modric, lo cual dice mucho de Mourinho y muy poco de la dupla Florentino - Ancelotti. El hombre que dejó 6.875.000 en la tesorería general vasca promete pero tiene muchos cocidos que comer por delante, Özil fue sacrificado para cuadrar el ejercicio, Isco empieza a difuminarse en la noche y Di María ha perdido la titularidad por las circunstancias del efecto Bale. Una bonita manera de decir adiós a la meritocracia.

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