domingo, 3 de noviembre de 2013

Jekyll & Hyde


No me sorprende que esta semana siga coleando el Canelitagate. El Lunes por la noche Carlo Ancelotti salió a la palestra en 'El partido de las doce' para dar su versión de lo visto en el clásico. Lejos de tranquilizar a los madridistas, sus declaraciones deberían ser consideradas como una muestra del gran político que late en su interior en contraposición con su cada día mas que cuestionable criterio futbolístico: volvería a colocar a Ramos en el centro del campo si se repitiera el partido, no añoró la presencia de Özil y da por buena la salida en largo del balón desde portería si las circunstancia lo permiten. Ironías de la vida, considera que con estos cimientos puede dar espectáculo. Dado lo visto contra el Sevilla, queda claro que tiene potencial para darlo. Y si analizamos el partido contra el Rayo también es evidente que puede nadar a la deriva con la misma facilidad, lo cual nos deja una versión deportiva del doctor Jekyll y Mr Hide propias de estas fechas y con la que difícilmente veremos títulos esta temporada. A continuación las luces y sombras de una semana muy extraña cargada de tintes terroríficos:

Sevilla
Seamos sinceros, hace mucho tiempo que no veíamos un despliegue ofensivo semejante en el Bernabéu. Independientemente del resultado, lo mejor del partido fue la entrega, las ganas, el hambre de un equipo que nunca desfalleció durante los noventa minutos y pudo llegar a la decena con relativa facilidad, lo cual nos lleva a preguntar a Carlo Ancelotti por los motivos para encender el cagómetro en Barcelona y recurrir a tenebrosos experimentos como el Canelitagate. Únicamente hay que alinear a los mejores, a los mejor preparados y hacer que se olviden del rival. Cuando acompaña la actitud, el resultado es el maravilloso partido que nos ofrecieron Real Madrid y Sevilla y donde el madridismo debe quedarse con la imagen de herr kommandant Ronaldo, la esperada reaparición de Xabi y los primeros atisbos de gran jugador de Gareth Bale, que lejos de ser suficientes, a buen seguro servirán para callar a ciertas hienas periodísticas. Sin embargo, también hay que preguntarse como la defensa puede parecer tan ridícula cuando ha mantenido el bloque de las últimas temporadas o cual es la versión de Karim Benzema que vamos a ver a lo largo de la temporada para prohibir la entrada al campo de frutos secos variados. Por favor, dejen de pitar a jugadores del Real Madrid. Segundo aviso.

Rayo Vallecano
No tengo ningún aprecio por el Rayo Vallecano. No comulgo con antimadridistas declarados y únicamente hay que ver la reacción de la grada en el gol bien anulado al Rayo para darse cuenta de complejo de inferioridad que vive Vallecas. Las imágenes de televisión donde un aficionado no para de llamarle "bonito" a Cristiano en el primer gol es suficiente para resumir como trata este campo al Real Madrid. Y sin embargo, ese malévolo Ronaldo que tan poco gusta a Blatter, le regala la camiseta a la niña a la que casi golpea con el balón. Que tristeza que tras lo visto contra el Sevilla y jugando todos en casa, haya que alegrarse de que el Rayo sea colista y evitar otro campo hostil. ¿Será culpa del pérfido Mauriño? ¿Dónde están els valors del pueblo?

Del partido, poco se puede decir y no es precisamente bueno en ninguna línea del campo. Sólo hay que ver el dato de posesión (40%) para hacerse una idea de la torrija del Real Madrid en todas sus líneas: Diego cantó algunas intervenciones y salvó otras, la defensa cuajó otra noche de Halloween con Canelita y Pepe en plan terror, el centro del campo fue incapaz de hacerse en ningún momento con el control del partido y el orden ofensivo brilló por su ausencia. Hay que reconocerles a Ronaldo, Benzema y un Bale que progresa adecuadamente, la capacidad para sacar petroleó de un partido donde los locales merecieron como mínimo un punto ante un equipo que llegó a defender en su propia área con todo, algo absolutamente intolerable dado el pedigree y los millones en el campo. Camino de tres meses de competición, la mejor noticia para cierto italiano es seguir vivo en todas las competiciones con semejante plantilla. No sabe defender, no sabe atacar y no sabe jugar a la contra. Y si lo sabe, no es capaz de trasmitirlo a su equipo, lo cual sin ninguna duda es peor. Alguien debe escribirle ya el once titular en una servilleta.

En fin, que menos mal que acaba Halloween porque el miedo ya nos los damos nosotros mismos...

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