miércoles, 24 de septiembre de 2014

Tras la senda de Cristiano Chicharro


Menos mal que Ancelotti venía a pacificar el cotarro porque si llega a venir con ganas de guerra no sé en que punto estaríamos ahora mismo. No soy capaz de comprender qué le hace rotar a Casillas en la quinta jornada de Liga. Deshojó la margarita durante semanas y ahora que parecía haber tomado una decisión en firme cambia de opinión a las primeras de cambio generando un debate como no ha tenido este club en toda su historia. Insólito. No creo que se deba a una cuestión de rendimiento porque ha tenido motivos de sobra este verano para dar carpetazo al asunto y no lo ha hecho. Es más, después de sus actuaciones en la final de la Champions y durante el Mundial, al italiano le ofrecen a Keylor Navas tras una sensacional campaña en el Levante y pese a todo mantiene a Casillas como titular. Es evidente que en este culebrón hay mucho marketing y decisiones en la sombra fruto de no haber podido cerrar el traspaso este verano, pero entre asumir que Casillas debe quedarse un año más y darle la titularidad con los ojos cerrados frente a uno de los porteros en mejor estado de forma a Septiembre del 2014 va un mundo, doce meses de polémica y muy poco por lo que nadie te vaya a aplaudir.

Por otro lado, me resulta inquietante la teoría según la cual Ancelotti le va a sentar fuera del Bernabéu para ganar tiempo en su 'recuperación'. Lo peor de alejarle del juicio de la grada no es ofrecer a un jugador un manto protector inmerecido y que causa un precedente grave, sino exponer a Keylor a las represalias de la Romería del Santo sin darle el respaldo de la titularidad. No alcanzo a comprender como puede concentrarse un jugador sabedor de que puede volver al banquillo incluso cuajando una gran actuación. El simple hecho de salir al campo y saber que vas a ser pitado porque un monguer quiere que juegue Casillas es absolutamente demencial y motivo más que suficiente para que Carlo Ancelotti nos de explicaciones en rueda de prensa de qué motiva sus decisiones. Son decisiones que generan intranquilidad, inseguridad y debate en el madridismo y que nos muestran a un técnico errático incapaz de solventar un problema que se genera él solito. No esperen nada bueno de esta historia, empezando por la fractura del vestuario a medio plazo.

Así que con este panorama me dirigí al Abu Dabi Bernabéu Stadium para comprobar si cada parada, cada órden dada a su defensa y cada jugada polémica en la que interviniese Keylor iba a ser un cisma en la grada. Por fortuna, la demencia colectiva no llega hasta el punto de pitar a un jugador que no tiene la culpa de nada. No fue una tarde de trabajo para Keylor, peor me quedo con un detalle en el primer córner del Elche a los pocos minutos: Keylor ordena colocarse a un jugador bajo el primer palo, da órdenes a la zaga sobre a quién deben marcar y ordena despejar el área pequeña para poder moverse con garantías. Es una trivialidad pero vale para establecer una diferencia entre como dos porteros gestionan una situación cotidiana. Ahora fíjense en Casillas cuando se pita un córner. Le cambia la cara, le comen el área. Se hace pequeño.

Aplazada hasta el Sábado la decisión de ver si lo de anoche fue algo puntual o no (me filtran que puede volver el esperpento de la rotación), hubo varios detalles que me gustaron mucho. Más allá de cuatro goles de Cristiano que nos devuelven a la senda de la angustia si un día se lesiona gravemente, lo que más me gustó del partido fue el desempeño del centro del campo. El partido de Antonio fue absolutamente imperial. Es una lástima que el affaire Alonso le haya hecho retrasar unos metros sus juego porque tiene fútbol para dar y tomar. Tiene criterio, llegada, no se complica, juega fluido y generalmente al primer toque. No podemos pedir más a un recién llegado y más cuando se rodea de poco habituales en la alineación como fIaSCO y Batman. Sobre el malagueño he de decir que ha sido el partido que mas le he visto correr y asociarse en meses, y aunque se sigue perdiendo en caracolas muy lejos de zonas de peligro, ayer cubrió junto a James gran parte del juego entre líneas del Madrid. No es que este equipo tenga en este momento fútbol como para encarar rivales de más entidad, pero al menos se intuye cierta mejoría y sobre todo, actitud en varios jugadores. De los más implicados, el hombre que dejó 6.875.000 en la TGV: gestos técnicos con aroma de Xabi Alonso, buena presencia física y bastante entonado a la hora de distribuir el balón. Le falta continuidad (que Ancelotti creo que no le dará), ese pase vertical menos habitual que genera peligro y que nunca le llego a ver y sobre todo una buena actuación frente a un rival de mayor entidad, pero la base está ahí. No hay más tiempo para pruebas, es su último año para demostrar algo. Si sigue como ayer jugará, sino tendrá que volar por las calles de Gotham porque las de Madrid se le quedarán muy grandes.

Lo que no me gusto a pesar del festival de goles es comprobar que Ancelotti es otro socio abonado del club del marquesado de Salamanca, tipos por un gusto afín a jugar sin delanteros. No me vendan burras: Cristiano y Bale hacen daño como extremos puros y pierden parte de sus cualidades como jugadores de área o con pocos metros por delante. En el caso de Bale es algo muy evidente y me preocupa que el primer recambio no sea Chicharito. Ya no entiendo para qué se le ficha si antepone dar salida a centrocampistas antes que sacar un delantero. Tanto baile táctico puede que sea necesario para recomponer el puzzle que ha generado la salida de Di María y James pero Cristiano no va a salir todas las tardes con cuatro goles en el casillero. En cualquier caso queda en el aire si Ancelotti apuesta por algún esquema (no tiene fuelle ahora para jugar un 4-3-3 y en el 4-4-2 se pierden características de los de arriba) o por la capacidad de sus jugadores para adaptarse a un nuevo biorritmo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario