martes, 3 de diciembre de 2013

Gravitación


A mí como a Guti, me encanta que pierda el Barcelona. En un momento histórico donde el onanismo hacia la Roja y el tiki taka parecen ser valores imprescindibles del futbolero español, es importante que ese modelo no sea el único a considerar a la hora de hablar de fútbol. Que quieren que les diga, me he aburrido soberanamente con los partidos del equipo de los valores cuando los comparaba con el juego eléctrico y vertical del Madrid de Mourinho.  Y eso que el luso venía a España a defender y asentar un modelo amarrategui y especulador. Por eso adquiere un especial dramatismo que aterrice en Cataluña un tipo al que únicamente conoce su señora madre y dinamite un estilo de juego que les ha llevado a ser campeones de Europa sin demasiada oposición porque, gustos aparte, hay que reconocer que ha sido efectivo como pocos y por ello ver el mosqueo de los fanzines conocidos como Sport y Mundo Deportivo nos debe sacar una sonrisa a todos los madridistas: ya no pueden obviar el hecho de que se encienden todas las alarmas en Can Barsa: el autista vive desaparecido en combate, el entrenador no sabe ni a lo que juega, Arbeloa lleva más goles en la Champions que Neymar Jr, Valdés parece dispuesto a hacer las maletas, el jugador que presume de valores huele a pino futbolísticamente hablando, Cesc no es ni la sombra del jugador que maravilló al mundo en el Arsenal, etc... Si esto no es el inicio de un cambio de ciclo, que baje Dios y lo vea. Son las consecuencias de la gravitación.

Y mientras tanto, el tiempo es el mejor aliado de Ancelotti, al que no paran de lloverle buenas noticias: el de la hernia sin hacer absolutamente nada (porque, que nadie se engañe, Bale apenas participó el Sábado en el juego del equipo) mete tres goles y reparte una asistencia, el equipo poco a poco parece asimilar el espectáculo prometido por el italiano, Cristiano rinde a un nivel demoledor, Isco reaparece tras su monumental pájara, Di María parece el suplente perfecto, Benzema empieza a ser un asiduo del gol, las bajas defensivas parecen no importar demasiado, etc.. Pero sobre todo, la resurrección del Real Madrid tiene un nombre y apellidos: Xabi Alonso. No hay jugador en Europa con mayor capacidad de liderazgo, posicionamiento, dirección, toque, técnica y visión de juego en su puesto. No se deje engañar por los profetas que hablan bondades del cuerpo técnico. Si el equipo ha dado un paso adelante ha sido porque independientemente de lo bien que encajan las piezas ahora hay un motor en el centro del campo. Sólo queda por ver cuanta gasolina tiene Xabi por delante y hasta donde quiere prolongar su estancia en Madrid. Viendo el nivel de Pirlo y la suficiencia del tolosarra, espero que sea muchos años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario