miércoles, 4 de septiembre de 2013

Özil


Creo que no hace falta apelar al romanticismo para comprender que un jugador con una ficha de 5 millones de euros anuales se marcha automáticamente si recibe una oferta por 8.5 millones y un rol mayor en su nuevo destino. Podemos buscar atenuantes, pero al final aparece el dinero. Quien no lo entienda es porque seguramente se sienta mareado por el peso de estas cifras y necesite una aclaración más propia de la situación económica que vive este país. Imaginemos que un ciudadano que perciba una asignación de mil euros al mes recibiera una oferta de otra empresa por mil setecientos euros mensuales. No habría tanto debate, porque todos sabemos que recogería sus cosas en ese mismo instante. Podemos llamar hiena al padre por negociar nuevas condiciones salariales para su hijo la misma noche de la eliminación en Champions, podemos entrar en el sentimentalismo al valorar la salida de un jugador difícilmente reemplazable en el mercado actual e incluso podemos intuir que algo huele a cuerno quemado en esta operación cuando el jugador afirma que no cuenta para el míster. Lo único cierto es que el Real Madrid es el mayor (que no único) beneficiado de esta situación y eso, viendo la trayectoria empresarial del presidente y que nadie en el club dice ni pío, me hace pensar que este episodio se ha reducido a dinero para amortizar el fichaje de Bale. Ahora bien, considerando que el bueno de Khedira afirma que un club estaba dispuesto a pagar 40 millones por sus servicios, da miedo pensar que el Real Madrid prefiera vender a un jugador único como Özil frente a un suplente muy apto por rascar 10 míseros millones. La venta del primero hace pupa y la del segundo se digiere en el primer café de la mañana.

Asumida la pérdida, lo que realmente debe preocupar ahora al madridismo en el caso Özil, es que los jugadores aparezcan públicamente valorando con mayor o menos fortuna las estrategias de la dirección deportiva. Porque una cosa es que Arbeloa diga que su salida le parece una pena, que Mourinho al otro lado del charco se deshaga de repente en elogios al alemán y otra muy diferente es que el lumbreras de Ramos afirme abiertamente ante los medios que si el decidiera en el Real Madrid, Mesut sería de los últimos en salir. Todo ello previa sensibilización del personal en redes sociales luciendo la camiseta sudada de su amigo. No se puede ser más inoportuno, gratuito y desacertado insinuar que las altas esferas de esta institución no tienen la menor idea de lo que están haciendo por mucho que así sea. Y por ello, me resulta absolutamente demencial que a lo largo de la historia del club nadie pueda meter en vereda al vestuario y conseguir que se limiten a hacer su trabajo con la boca cerrada, que para eso se les paga religiosa y puntualmente. Existe una grave falta de ética laboral en este club donde cualquiera puede romper gratuitamente la armonía reinante y mientras nadie ponga orden en esta casa. Ni el pérfido Mauriño, ni Ancelotti, ni nadie en su sano juicio podrá ejercer una labor continuada en el tiempo parecida a la de Sir Alex Ferguson en Manchester que es lo que todos querríamos ver.

Para terminar, e independientemente de que sea el traspaso más rentable en la historia del club, de que un turco nacionalizado alemán misteriosamente no sienta los colores o de que el padre sea un negociador tan agotador como Daniel Levy, la dirección deportiva comete otro error de bulto en muy poco tiempo. Este verano, el Real Madrid se desprende de los 57 goles de Higuaín y de las 73 asistencias de Özil en tres años sin reponer las piezas. El club apuesta definitivamente por Benzema y debe creer que los goles del argentino se suplirán con la aportación de Bale y en menor medida con la irrupción de Jesé y/o Morata. Tampoco veo a Isco repartiendo asistencias a pares en un equipo donde el galés y Ronaldo van a monopolizar la posesión del balón. Habrá noches para las galopadas y los contragolpes pero también otras donde volveremos a sufrir en cajas de zapatos donde cada ración de talento puede valer tres puntos. Y de eso Mesut Özil va muy sobrado.

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