Hombre, si Mourinho ganó 15 partidos consecutivos no veo la dificultad de igualar, como mínimo, ese récord cuando se han invertido en el equipo otros 200 millones de euros. Es más, bajo esa premisa habría que exigir a Ancelotti al menos otras quince victorias. Pero así es la vida y el dato da para ser manipulado a conveniencia con el objetivo de atizar y ningunear el trabajo del pérfido Mauriño. Habiendo regalado al madridismo su tesoro más preciado, la maldición de Ancelotti es rebasar la obra del luso. Pues bien, yo me pregunto que resultados obtendrían ambos si intercambiásemos las plantillas y el escenario que se encontraron ambos. Creo que Don José saldría airoso de la comparativa y sin embargo veo muchas lagunas en Ancelotti cuando le toca improvisar un guión mas allá del lassez-faire y de la omnipresencia de Cristiano.
El ánimo, el tempo y el ecosistema maquillan problemas que en otras temporadas ya habrían sido motivo de preocupación y de broncas monumentales. Por poner un ejemplo, el caso Bale. Vaya por delante que efectivamente ha sido importante en la historia reciente del club, pero es preocupante el porcentaje del tiempo que pasa total y absolutamente desconectado de la realidad. No hay problema de mentalidad, actitud o físico en el galés: simplemente Bale es como ese jugador de Pro Evolution Soccer al que le cambias a su tercera o cuarta demarcación y pierde muchos enteros. Se le ve incómodo y aunque tiene categoría para cumplir en varios roles o es evidente que su progresión esta anclada y supeditada a que alguien le libere en el campo. Son 90 millones que nos permitimos tener atados en corto. Obviamente lo lleva crudo con el estado de forma de Cristiano y sólo un carácter bastante blandito impide que llega la sangre al río en este asunto. Ayer le tiraron de la lengua y aunque no picó el anzuelo totalmente, ese aroma de melancolía en la respuesta al reconocer que no le corresponde valorar su estado de forma o compatibilidad con Cristiano evidencia que algo no va bien. Bale no parece destinado a ganar un Balón de Oro. Eso quedó en Inglaterra.
Y me voy a mojar con otro 'milagro' de Ancelotti: Isco. Damas y caballeros, Eibar y Basilea no son ni muchísimo menos dos pruebas de stress para determinar si un jugador puede actuar como medio centro. Es cierto que hay calidad, parece que finalmente acompañan esfuerzo y trabajo, pero no se gana en diez días el criterio táctico para jugar en una determinada posición. Me da igual lo que corra, recupere o luzca en televisión: Europa no es un patio de colegio en el que todos jugamos indistintamente como porteros, delanteros o defensas y es algo que puede comprobarse en la libertad que han tenido estos rivales en sendos partidos. Mientras los gurús hablan ya de Isco como un todoterreno y profeta en vida del neomadridismo, al otro lado del mundo alguien entiende que ese centro del campo del Madrid es vulnerable. Queda a juicio de cada uno ver si 9 meses de peloteros pueden mantener las revoluciones del motor. ¿Qué pasa si cae Antonio? Sencillamente no hay recambio porque Ancelotti ha eliminado de la película cualquier alternativa. Vean como le aplaude al cambiarle y cómo le demuestra públicamente su amor. A fin de cuentas si Isco flaquea, las sombras de Modric, Alonso, Batman, y Khedira se harán demasiado largas. Unas por mal gestionadas, otras por inexplicables y otras por improvisadas.
Y Keylor Navas suplente ad-aeternam. Es una frivolidad ver como se oxida un portero más joven, comprometido y con mayor margen de mejora que el icono del piperismo chic. Al menos hasta 2016 parece que puede durar la broma y eso se lleva por delante los mejores años de la carrera deportiva de Keylor. Ancelotti no ha llegado al absurdo de Diego López porque Navas sale menos en portada, parece poco dado a darle a la sin hueso y los temas contractuales le servirán siempre como escudo a Carletto. Pero ese récord que ansiaba (anoche aterriza en Basilea con un equipo de gala sin jugarse nada más) se lo debe a Keylor, quien debe acostarse por la noche pensando qué le mandaría aterrizar en Madrid. Mas migajas y buenas palabras le esperan al colombiano, otra víctima del #ToporIn y de la pacificación italiana.
En definitiva, creo que tanto pequeño detalle no será tan trivial a medida que pasen los meses y lleguen las rondas importante de la UCL. Aunque Ancelotti se ha ganado de sobra el derecho a fallar y equivocarse, no está de más que alguien le recuerde que más allá de experimentos singulares lo que le ha dado éxito por encima de todo es la palabra PLANTILLA. La del Basilea, con muchos menos pedigree, ha brillado en ambos cruces ante Varane, Coentrao (falto de confianza y minutos) y Ramos (totalmente desaparecido en combate) lo que es de agradecer para el espectáculo y devolvernos a la realidad. Habrá quien nos hable en esta mañana del balón al palo de Bale o el segundo tanto de Cristiano que nunca llegó, pero lo cierto es que no debemos cantar victoria tan pronto. Queda mucho por hacer y las facturas aguardan a ser pagadas.




