Dice hoy Gistau: "Yo preferiría que el Madrid no se dejara robar la consigna de ganar y ganar". Brillante. Me quedo sin calificativos para valorar esta reflexión. Es innegable que con Ancelotti se ha perdido por completo una verdad inapelable: hasta el último minuto, el Real Madrid es peligroso. Pues bien, este curioso valor del que presumimos el madridismo (y digo curioso porque el rendimiento deportivo de este club le debería tener que llevar a disputar todos los títulos hasta el último minuto) ha desaparecido por completo del cuaderno de bitácora. Ya no es que el Madrid haya dejado de ser competitivo tras la semifinal contra el Bayern, es que únicamente lo ha sido en contadas citas esta campaña. Algunos han tardado en verlo, pero salvo un par de meses en invierno donde todo parecía rodado, no hay indicios que nos lleven a pensar que se ha sembrado en toda la temporada lo suficiente para crear un proyecto consolidado. De seguir Ancelotti al frente del equipo, y sacando de la ecuación el resultado de la final europea, lo único que alberga el futuro son dudas. Dudas en la portería, donde la paripada Diego - Topor sigue candente. Dudas en la zaga, donde Varane parece abocado a la eterna lesión y al ostracismo y Marcelo merece una salida fulminante. Dudas en el eje, donde Illarramendi suspende clamorosamente, Khedira sigue siendo la mejor opción de futuro (y es algo triste considerando que fue una inversión de Don José que el club no ha sido capaz de mejorar) y Casemiro ha sido completamente infravalorado. Dudas en las bandas, muchas dudas de hecho si tenemos en cuenta que este equipo no las utiliza en absoluto. Y sobre todo, más que dudas, la seguridad de que Bale y Cristiano aparte, no podemos vivir únicamente del aliento de Benzy.
¿Qué nos deja Ancelotti? Paz institucional y una posible Copa de Europa. Si no llega la Décima, lo que nos queda no vale ni para limpiarse el recto. No habría títulos, no habría excelencia y sobraría paz. Menos goles que con Mourinho, menos victorias que con Mourinho, menos puntos que con Mourinho, menos espectáculo que con Mourinho. Menos que Mourinho. Hemos renunciado a eso y nuestro alma por una Copa de Europa.

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