jueves, 8 de mayo de 2014

Oh Captain! My captain!


Poco importa la victoria o la derrota. El auténtico tema del día era la vuelta a la titularidad del Topo y el resurgir de todas las teorías conspiratorias para explicar la pantomima que ha mantenido Ancelotti durante todo este año en la portería. Hoy recuperamos una vieja trama que habla de la sombra de Florentino Pérez como mejor explicación hasta la fecha del asunto Casillas. La historia empieza cuando Ancelotti llega a Madrid y decide mantener la sentencia disciplinaria que aplicó Don José a Casillas. Una decisión incomprensible considerando que Ancelotti no tenía ninguna razón para ello y que parece impropia de alguien que viene a poner calma al entorno. Es incuestionable que era absurdo añadir más leña al fuego en su primera decisión técnica y de hecho lo más lógico y beneficioso para el propio italiano era devolver la titularidad a nuestro bien amado capitán. Tampoco encontraran malas palabras de Ancelotti refiriéndose a Casillas. Todo lo contrario, abundan los piropos y compensan lo más negativo que se puede encontrar al respecto: el informe técnico que redacta Villiam Vecci (preparador de porteros del club) a principios de temporada en el que básicamente viene a decir quea Diego López se encuentra en un estado de forma superior y debe ser la primera opción bajo la portería. Es importante matizar que Vecci no habla en ningún momento de cual de los dos es mejor portero: únicamente quien se encuentra en mejores condiciones. Este informe no era un argumento de peso como para que Ancelotti prolongara a casi 500 días a Casillas en el banquillo dada la fuerte carga emocional que lleva esta historia y que se ha visto envuelta en la mayor campaña de acoso y derribo que ha sufrido nunca un jugador sin motivo alguno y encarnada en la figura de Diego López.

Sencillamente, algo no cuadra en todo esto. Considerando la navaja de Ockham, lo más probable, simple y llanamente, es que alguien le dijera a Ancelotti que Casillas debía seguir siendo suplente. Es tan simple que resulta aceptable. Y hay antecedentes: es conocido que Berlusconi durante una cena previa a la final de la Champions del 2003 entre Juve y Milán, escribe de su puño y letra en una servilleta varios consejos tácticos sobre al partido que Ancelotti acepta de buen gusto y que le llevan a ganar el partido. Méritos aparte, los más generosos con semejante bajada de pantalones dirán que es una sutil manera de reconocer que si tu jefe "sugiere" algo, tú lo acatas de mil amores. Pues bien, una década después se planta Carletto en Madrid a pacificar un equipo ya de por sí ganador y no resulta sospechoso que acepte nuevas "recomendaciones", más aún si tenemos en cuenta que el club no estaba dispuesto a consentir que siguiera dañándose la imagen institucional tal y como había terminado la temporada.

También es obvio que a Florentino Pérez no le hizo ni pizca de gracia prescindir, pese a todo, de Don José. Era el eje un ambicioso proyecto deportivo (inconcluso pero ambicioso) y en la rueda de prensa donde anuncia la marcha del portugués no para de repetir que se ha dinamitado la paz social, se ha visto gravemente comprometida la confidencialidad del vestuario y que por desgracia se le ha ido el asunto de las manos y no es capaz de reconducir la situación. Sacrificar a Mourinho era una decisión forzada e inevitable, pero no por ello exenta de consecuencias ni de la búsqueda de responsables. El propio Florentino señala abiertamente a los medios como culpables visibles (algunos estaban presentes) pero todos sabemos que este tipo de prensa ha existido, existe y existirá en el entorno madridista. Es decir, que por muchas barrabasadas que se digan, los medios no hacen que un tipo al que se la suda lo que diga la prensa salga corriendo de esa manera. Y la respuesta se encuentra en el vestuario. Mourinho perdió progresivamente todo el feeling de su grupo humano a raíz del pulso con los capitanes. Algunos periodistas afines al entorno de Casillas ni se molestaban en negar al final del complot que existía un pulso tácito entre ambos consecuencia directa de toda la historia que ya en su momento recogieron algunos como Walter García en un audio impagable y de obligada escucha para los que quieran profundizar en el asunto. Así que en resumidas cuentas, la historia se reduce a que Florentino Pérez tiene claro que Casillas (al que nunca ha querido renovar abiertamente ni ha prodigado en buenas palabras en los últimos años) es uno de los culpables del fracaso del que sin lugar a dudas ha sido su mejor apuesta deportiva. Es difícil creer que Florentino Pérez se tragará a palo seco las declaraciones de cierta pseudoperiodista en prime time tachándole de mentiroso. Nunca hemos oído una disculpa sobre ese incidente. Y si por último, son ciertas las declaraciones de Figo (El Larguero, 5 de Noviembre de 2013) donde afirma tranquilamente y sin tapujos que Florentino Pérez fue quien le sentó en 2005, tenemos todas las piezas necesarias para considerar como creíble esa teoría recurrente por la cual Florentino Pérez ordenó este código Rojo. Tiene su punto de ciencia ficción, pero es mejor que aceptar la decisión de Ancelotti como puro capricho. A fin de cuentas un año después le presenta como un cobarde, hombre sin palabra e incoherente con sus propios planteamientos. No se fíen de gente así.

En cualquier caso, hoy me siento profundamente desolado. Anoche no hubo milagro de Casillas. He buscado en todos los periódicos, fanzines y blogs y por desgracia no he encontrado nada. No pudo desviar el gol pucelano con la mirada. No pudo atajar el primer disparo a puerta en Liga que recibe. Le llevo viendo un año en cada victoria madridista a pesar de ser suplente. Ayer mismo salía incluso en el "Hola". Eso sí, en la edición de impresa del fanzine As hoy aparece... Diego López. Absolutamente deleznable y carente de cualquier nivel ético. Llevamos meses soportando una campaña desmedida para devolver al yernísimo a la titularidad y el día que la consigue, hay demasiado silencio. Insólito, inexplicable, inaudito. Y no lo entiendo porque estoy total y absolutamente convencido de que Diego hubiera parado ese balón. Hoy más que nunca exijo ver la cara de Topor, quiero oir lo que tiene que decir en el día de hoy como capitán. Como dice un amigo mío, es mi portero para la Décima. Le quiero en primera fila, no puede permanecer en la sombra.

Bromas aparte, tampoco veo hoy a los palmeros de Ancelotti piar lo más mínimo. Esperan acurrucados como fulanas su momento de salir a escena. Han vivido toda la temporada para la final de la Liga de Campeones y esperan la victoria para descargar el golpe con toda intensidad. Nos hablarán de títulos, del ya de sobra conocido argumento de la victoria como discurso, de que ha ganado más que Don José y demás mamarrachadas. De lo que no les hablarán es de los reiterados ridículos de Ancelotti. Pitorreo en estado puro. Y es que lo van a soportar todo porque si cae la Décima habrá merecido la pena. Sodomizados y ridiculizados pero Campeones de Europa y claramente el mejor equipo del continente. La pregunta obvia es qué pasa si no gana este título. Hasta que punto genera dudas este hombre que tras endosarle un 4-0 al Bayern va por detrás en las apuestas para la final. ¿Cómo es posible?. Muy fácil: lo que se ve en el campo resulta muy inquietante. Da miedo. Pánico. Terror. Anoche el italiano volvió a especular claramente con el resultado y parece ser que no aprendió nada del partido contra el Valencia. Dejó al equipo sin referencias arriba (señor mío que Marcelo no esta ni para dar paseos !!!), arriesgó innecesariamente con Cristiano y, por encima de todo, aireó claramente todas sus vergüenzas a la hora de gestionar esta plantilla. Le sobra la mitad del equipo y por ello somos la cruda imagen de la fatiga y de la incertidumbre. La cara de Benzy abandonando el terreno de juego dan ganas de meterse directamente en la cama. Modric puede acompañarle y el resto del equipo es presa de calambres, lesiones musculares y agotamiento total y absoluto. Curiosamente el pacificador ve al equipo fresco. Como una lechuga vamos. Vivir para ver. Quizá por ello le sobra en la plantilla la figura de Casemiro (mato por oir una rueda de prensa del brasileño explayándose sobre el míster), se arriesgue a terminar un partido clave que gana por un gol sin delanteros (Morata no vale ni para cromo de Panini) y se vea tan fuerte como para rechazar 18 millones del United.

Yo no voy a variar mi discurso: Carlo Ancelotti, tienes dieciséis días para conseguir recuperar físicamente a tu once titular sea el que sea, estudiar al rival, aprender de tanta pantomima que has cometido y ganar la Copa de Europa. Después puedes irte a tu casa, bien como héroe, bien como villano.

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