Poco importa la victoria o la
derrota. El auténtico tema del día era la vuelta a la titularidad del Topo y el
resurgir de todas las teorías conspiratorias para explicar la pantomima que ha
mantenido Ancelotti durante todo este año en la portería. Hoy recuperamos una
vieja trama que habla de la sombra de Florentino Pérez como mejor explicación
hasta la fecha del asunto Casillas. La historia empieza cuando Ancelotti llega
a Madrid y decide mantener la sentencia disciplinaria que aplicó Don José a
Casillas. Una decisión incomprensible considerando que Ancelotti no tenía
ninguna razón para ello y que parece impropia de alguien que viene a poner
calma al entorno. Es incuestionable que era absurdo añadir más leña al fuego en
su primera decisión técnica y de hecho lo más lógico y beneficioso para el
propio italiano era devolver la titularidad a nuestro bien amado capitán.
Tampoco encontraran malas palabras de Ancelotti refiriéndose a Casillas. Todo
lo contrario, abundan los piropos y compensan lo más negativo que se puede
encontrar al respecto: el informe técnico que redacta Villiam Vecci (preparador
de porteros del club) a principios de temporada en el que básicamente viene a
decir quea Diego López se encuentra en un estado de forma superior y debe ser
la primera opción bajo la portería. Es importante matizar que Vecci no habla en
ningún momento de cual de los dos es mejor portero: únicamente quien se
encuentra en mejores condiciones. Este informe no era un argumento de peso como
para que Ancelotti prolongara a casi 500 días a Casillas en el banquillo dada
la fuerte carga emocional que lleva esta historia y que se ha visto envuelta en
la mayor campaña de acoso y derribo que ha sufrido nunca un jugador sin motivo
alguno y encarnada en la figura de Diego López.
Sencillamente, algo no cuadra en
todo esto. Considerando la navaja de Ockham, lo más probable, simple y
llanamente, es que alguien le dijera a Ancelotti que Casillas debía seguir
siendo suplente. Es tan simple que resulta aceptable. Y hay antecedentes: es
conocido que Berlusconi durante una cena previa a la final de la Champions del
2003 entre Juve y Milán, escribe de su puño y letra en una servilleta varios
consejos tácticos sobre al partido que Ancelotti acepta de buen gusto y que le
llevan a ganar el partido. Méritos aparte, los más generosos con semejante
bajada de pantalones dirán que es una sutil manera de reconocer que si tu jefe
"sugiere" algo, tú lo acatas de mil amores. Pues bien, una década
después se planta Carletto en Madrid a pacificar un equipo ya de por sí ganador
y no resulta sospechoso que acepte nuevas "recomendaciones", más aún
si tenemos en cuenta que el club no estaba dispuesto a consentir que siguiera
dañándose la imagen institucional tal y como había terminado la temporada.
También es obvio que a Florentino
Pérez no le hizo ni pizca de gracia prescindir, pese a todo, de Don José. Era
el eje un ambicioso proyecto deportivo (inconcluso pero ambicioso) y en la
rueda de prensa donde anuncia la marcha del portugués no para de repetir que se
ha dinamitado la paz social, se ha visto gravemente comprometida la
confidencialidad del vestuario y que por desgracia se le ha ido el asunto de
las manos y no es capaz de reconducir la situación. Sacrificar a Mourinho era
una decisión forzada e inevitable, pero no por ello exenta de consecuencias ni
de la búsqueda de responsables. El propio Florentino señala abiertamente a los
medios como culpables visibles (algunos estaban presentes) pero todos sabemos
que este tipo de prensa ha existido, existe y existirá en el entorno
madridista. Es decir, que por muchas barrabasadas que se digan, los medios no
hacen que un tipo al que se la suda lo que diga la prensa salga corriendo de
esa manera. Y la respuesta se encuentra en el vestuario. Mourinho perdió
progresivamente todo el feeling de su grupo humano a raíz del pulso con los
capitanes. Algunos periodistas afines al entorno de Casillas ni se molestaban
en negar al final del complot que existía un pulso tácito entre ambos
consecuencia directa de toda la historia que ya en su momento recogieron
algunos como Walter García en un audio impagable y de obligada escucha para los
que quieran profundizar en el asunto. Así que en resumidas cuentas, la historia
se reduce a que Florentino Pérez tiene claro que Casillas (al que nunca ha
querido renovar abiertamente ni ha prodigado en buenas palabras en los últimos
años) es uno de los culpables del fracaso del que sin lugar a dudas ha sido su
mejor apuesta deportiva. Es difícil creer que Florentino Pérez se tragará a
palo seco las declaraciones de cierta pseudoperiodista en prime time tachándole
de mentiroso. Nunca hemos oído una disculpa sobre ese incidente. Y si por
último, son ciertas las declaraciones de Figo (El Larguero, 5 de Noviembre de
2013) donde afirma tranquilamente y sin tapujos que Florentino Pérez fue quien
le sentó en 2005, tenemos todas las piezas necesarias para considerar como
creíble esa teoría recurrente por la cual Florentino Pérez ordenó este código
Rojo. Tiene su punto de ciencia ficción, pero es mejor que aceptar la decisión
de Ancelotti como puro capricho. A fin de cuentas un año después le presenta
como un cobarde, hombre sin palabra e incoherente con sus propios
planteamientos. No se fíen de gente así.
En cualquier caso, hoy me siento
profundamente desolado. Anoche no hubo milagro de Casillas. He buscado en todos
los periódicos, fanzines y blogs y por desgracia no he encontrado nada. No pudo
desviar el gol pucelano con la mirada. No pudo atajar el primer disparo a
puerta en Liga que recibe. Le llevo viendo un año en cada victoria madridista a pesar de ser suplente. Ayer mismo salía incluso en el "Hola". Eso sí,
en la edición de impresa del fanzine As hoy aparece... Diego López. Absolutamente
deleznable y carente de cualquier nivel ético. Llevamos meses soportando una
campaña desmedida para devolver al yernísimo a la titularidad y el día que la
consigue, hay demasiado silencio. Insólito, inexplicable,
inaudito. Y no lo entiendo porque estoy total y absolutamente convencido de que Diego hubiera parado ese balón. Hoy más que nunca exijo ver la cara de Topor, quiero oir lo que tiene que decir en el día de hoy como
capitán. Como dice un amigo mío, es mi portero para la Décima. Le quiero en
primera fila, no puede permanecer en la sombra.
Bromas aparte, tampoco veo hoy a
los palmeros de Ancelotti piar lo más mínimo. Esperan acurrucados como fulanas
su momento de salir a escena. Han vivido toda la temporada para la final de la
Liga de Campeones y esperan la victoria para descargar el golpe con toda
intensidad. Nos hablarán de títulos, del ya de sobra conocido argumento de la
victoria como discurso, de que ha ganado más que Don José y demás mamarrachadas. De lo que no les hablarán es de los reiterados ridículos de Ancelotti. Pitorreo en estado puro. Y es que lo van a
soportar todo porque si cae la Décima habrá merecido la pena. Sodomizados y ridiculizados pero Campeones de Europa y claramente el mejor equipo del continente. La pregunta
obvia es qué pasa si no gana este título. Hasta que punto genera dudas este hombre que tras endosarle un 4-0 al Bayern va por detrás en las apuestas para la final. ¿Cómo es posible?. Muy fácil: lo que se ve en el campo resulta muy
inquietante. Da miedo. Pánico. Terror. Anoche el italiano volvió a especular claramente con el resultado y parece ser que no aprendió nada del partido contra el Valencia. Dejó al equipo sin
referencias arriba (señor mío que Marcelo no esta ni para dar paseos !!!),
arriesgó innecesariamente con Cristiano y, por encima de todo, aireó claramente
todas sus vergüenzas a la hora de gestionar esta plantilla. Le sobra la mitad del equipo y por ello somos la cruda imagen de la fatiga y de la incertidumbre.
La cara de Benzy abandonando el terreno de juego dan ganas de meterse
directamente en la cama. Modric puede acompañarle y el resto del equipo es
presa de calambres, lesiones musculares y agotamiento total y absoluto. Curiosamente el
pacificador ve al equipo fresco. Como una lechuga vamos. Vivir para ver. Quizá por ello le sobra en la
plantilla la figura de Casemiro (mato por oir una rueda de prensa del brasileño
explayándose sobre el míster), se arriesgue a terminar un partido clave que
gana por un gol sin delanteros (Morata no vale ni para cromo de Panini) y se vea tan fuerte como para rechazar 18 millones del United.
Yo no voy a variar mi discurso: Carlo Ancelotti, tienes dieciséis días para conseguir recuperar físicamente a tu once titular sea el que sea, estudiar al rival, aprender de tanta pantomima que has cometido y ganar la Copa de Europa. Después puedes irte a tu casa, bien como
héroe, bien como villano.

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