jueves, 24 de octubre de 2013

Tifossi


Dos horas antes del encuentro me encontré con los seguidores de la vecchia signora. Y debo decir que sentí envidia al verles por los aledaños del Santiago Bernabéu, con sus banderas y cánticos. Uno se pregunta quien juega de local cuando se topa con los tiffossi. Sabes que animarán a su equipo mientras tenga fuerzas y que el sector del campo donde sean ubicados gozará de una energía capaz de silenciar al resto. Sin iniciativas como la ampliación del fondo sur, la grada joven u otras medidas que permitan llenar el estadio de individuos que aporten un soplo de aire fresco al madridismo, nunca tendremos la tensión competitiva de italianos, turcos o griegos. Y esa es la grandeza de la Liga de Campeones y de las noches europeas: enfrentar a formas de entender este negocio diametralmente opuestas.

En cuanto al encuentro, lo evidente y destacable en mi opinión fue lo ofrecido por la Juventus en la primera parte: alma. Si de esto se empaparan los jugadores del Real Madrid otro gallo cantaría. Tanto es así, que de no ser porque a Pirlo no le llega la gasolina para más de una hora y que Chiellini parece un debutante dinamitando las opciones de su equipo en dos jugadas aisladas, los italianos hubieran sacado claramente tres puntos de Madrid. El control del partido y las soluciones particulares a escenarios concretos de juego (contragolpes, espacios reducidos o presión rival asfixiante) son ahora mismo las grandes asignaturas pendientes de Carlo Ancelotti, a quien cada día le viene más grande el puesto. Este no es un club adecuado para tratar de política y sentar cátedra sobre las rotaciones de una plantilla. Tras un buen partido de Carvajal la semana pasada y varias noches para olvidar de Arbeloa, este último vuelve a jugar de inicio. Continua un absurdo debate en la portería si realmente considera a Diego López el portero titular y la excesiva movilidad de los jugadores impide ver en qué puesto juega cada uno. Sirva como ejemplo el caso de Bale, inédito durante más de media hora de juego persiguiendo fantasmas como un pollo descabezado. De no ser por otra noche al rescate de un jugador para el cual se agotan los calificativos, las dudas ya habrían acabado con un técnico que este sábado se presenta al primer examen serio de la temporada sin llevar todo el temario preparado.

El partido también nos deja otra pantomima del Bernabéu a la hora de ovacionar y pitar jugadores. Ya avisaban las redes sociales que en 2008 Del Piero salió ovacionado del campo tras la victoria de la Juve por 0-2 y por eso lo visto con anoche no resulta ni mucho menos casual. Es más, no solo estamos orgullosos de que nos bailen en nuestra propia casa sino que también animamos al rival a querer el aplauso. No comulgo en absoluto con esta tendencia del piperismo chic de enardecer a los rivales con el partido por decidir, más aún si tenemos en cuenta que al Real Madrid se le falta al respeto sistemáticamente en los campos de media Europa. Estimados, señorío no puede ser poner la otra mejilla. Tiene que ser algo más. Y si de esto se trata, puedo llegar a entender los aplausos jugadores de la talla dePirlo o Buffon, pero resulta ridículo y sonrojante ver como la grada aplaude a Fernando Llorente. Pido desde aquí que alguien me cuente qué le ha dado este hombre al madridismo para semejante honor y, en criterios parecidos, como nadie reconoció el inmenso partido de Arturo Vidal, un jugador que ahora mismo sería titular en cualquier destino.

Tema aparte son los abucheos del público a Benzema. Vista su enésima aportación testimonial al juego del equipo en lo que va de temporada, el clamoroso gol fallado en el minuto 58 y todo lo que intenta y suma Morata en la cuarta parte de minutos, todos estamos de acuerdo que hace tiempo Karim debió perder la titularidad. Pero una cosa es mandarle al banquillo merecidamente y otra muy diferente es pitarle al ser sustituido en casa. Ni siquiera el pérfido topo goza de semejante tratamiento. Con mayor o menor fortuna, Karim Benzema será jugador de esta plantilla como mínimo lo que resta de temporada y quien sabe cuando se puede necesitar un aparición puntual del francés. Por favor, dejen de pitar en el Santiago Bernabéu a jugadores del Real Madrid que ya vamos a tener bastante viendo como el Nuevo Campo aplaude al topo.

p.d: #CasillasFueraDelRealMadrid

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