Creo que ha sido a raíz del incidente Bale cuando he oído por primera vez en mi vida el término protrusión. Y he de reconocer que el culebrón ha sido lo bastante interesante como mantenernos entretenidos durante el parón liguero: una portada infame del fanzine 'Marca', un comunicado intrigante por parte del club que en lugar de tranquilizar a la masa social arroja más dudas sobre la condición física del jugador, y la ya habitual comparecencia de Florentino Pérez en un programa afín a su dogma para desmentir categóricamente que el galés sufra una hernia discal. Todo muy teatral señores, pero lo realmente preocupante, independientemente de la gravedad de dicha lesión, es que Gareth Bale puede ser considerado un juguete tarado de 95 millones de euros. Llegados a este punto me pregunto que clase de profesional es Carlos Díez, jefe de los servicios médicos Sanitas del Real Madrid para dar luz verde a este fichaje con semejante hallazgo. Poco importa si a día de hoy sostiene que el jugador no tendrá que pasar por quirófano o que dicha lesión no impide la total práctica deportiva: a semejante inversión no se le puede permitir ni siquiera tener un grano en la cara y por ello debemos exigir que se depuren responsabilidades o parecerá que diversas paguitas han comprado el silencio en este asunto. Y por cierto, no vendría mal que el el club se querellase contra Carlos Carpio por afirmar que en 'Marca' hablaron con personal del Real Madrid. O eso, o alguien habla demasiado.
Mientras tanto, el equipo intenta buscar una identidad en su juego contra sparrings que, sinceramente, se lo ponen muy fácil. De no ser por una actuación soberbia de Willy Caballero, el Málaga se hubiera llevado un saco del Bernabéu sin demasiado esfuerzo por apostar por un planteamiento ciertamente rancio y conservador que dice muy poco de Schuster como técnico. Del partido quiero destacar la progresión lenta pero segura del hombre que ingresó 6.875.000 euros en la tesorería general vasca, otra notable actuación de Di María a la altura de su primera temporada en el club y las ganas de un Morata que a nada que imprima más carácter a sus decisiones puede tener un a progresión considerable. Sigo pensando que hay mas potencial en Jesé, pero todo lo que sea sentar a Benzema en este momento me parece cuanto menos interesante. En líneas generales me gustó lo que vi, aunque hay notas negativas: los más se echa en falta a cierto alemán asistiendo en tres cuartos de campo, Isco poco a poco vuelve a un nivel más realista respecto a su potencial, el equipo tardo 45 minutos en ver en qué línea del terreno de juego defendía el Málaga y no hay una esquema claro de juego.
La buena noticia es que Atlético de Madrid mostró su auténtica cara contra un equipo que le dio a probar su propia medicina y evidenció que a la hora de jugar tienen pocas ideas más allá de la garra y la vara de madera. Tarde o temprano aparecen partidos donde hay que atacar con todo y ahí muestran severas deficiencias por lo que dado lo escaso de su plantilla veo muy complicado que se mantengan varios meses en lo más alto. Si añadimos que el "gravitador" Martino poco a poco desmantela un proyecto de éxito tiroteándose sin miramientos ambos pies, podemos concluir que ha sido un fin de semana muy productivo. El Real Madrid ha ganado tiempo y serenidad para afrontar los próximos dos partidos, que a priori, se antojan muy delicados.
Y por cierto, #CasillasFueraDelRealMadrid

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