lunes, 25 de marzo de 2013

Por qué esta selección no me representa


Realmente este espacio nunca ha contemplado hablar de la Selección Española pero al concluir el partido contra Finlandia varios compañeros no entendían como podía criticar a los actuales campeones del Mundo. Hay quien considera que hablar en contra de la Roja es un acto de alta traición, que esta hornada de jugadores esta por encima de toda crítica y que Vicente del Bosque sufre una persecución por el sector mas extremista del madridismo por sus desplantes al club. Este artículo va dedicado a todos aquellos que consideran que otra Selección es posible.

Étimología. Si quieres que algo exista, comienza dándole un nombre: La Roja. Es un acto inocuo y relativamente trivial. Ahora imagina un eslogan pegadizo al que asociarlo y habrás creado un producto con el que la gran mayoría se quiere identificar y al que misteriosamente asociamos nuevos ideales, sentimientos y sensaciones: "Todos con la Roja". De un plumazo has desterrado el fracaso, los fantasmas y miedos de las generaciones posteriores que una y otra vez fueron eliminados desafortunadamente de Eurocopa y Mundiales. Pero ten cuidado: una sola palabra puede romper toda la magia: España. Y es que "Selección Española" por alguna extraña razón ya no suena tan especial. Aquel que se atreva a usar el mensaje "Todos con España" se arriesga a producir erupciones cutáneas y perder una parte importante de clientes y popularidad. La política, el periodismo y las agresivas campañas de publicidad y marketing que se inyectan a nuestra sociedad han conseguido arrebatar a un país entero su identidad. Es harto dificíl encontrar un anuncio, marca o producto donde exista alguna referencia al concepto España. Y no resulta extraño: hemos padecido una guerra civil, tenemos una de las peores clases políticas del mundo y los efectos de la crisis golpean con firmeza. Pero independientemente de nuestra concepción de la sociedad o afinidades políticas, el deporte debería ser un motivo de unión y una vía de escape a los problemas cotidianos. Este es el primer motivo por el que reniego de la Roja: ha sepultado a la Selección Española. Nos ha arrebatado nuestra identidad.

Equipación. En consonancia con lo anterior, este deterioro es plausible en cada equipación. Si quieren hacer un curioso experimento, pasen unos minutos por Google observando el paso del tiempo en la equipación de la Selección Española. Al igual que el Madrid sufre los efectos del rojo verde o naranja verán como azúl y blanco han sido prácticamente erradicados y el amarillo apenas cubre detalles de la camiseta. No importa si Adidas comete seis o nueve errores en la heráldica o que en un futuro no muy lejano sea posible que nos confundan con Portugal cuando juguemos un Mundial: somos la Roja.

Plantilla. Resulta complicado, pero durante un momento olviden cualquier prejuicio político. Olviden si son de izquierdas o derechas, de arribas o de abajos. En cualquier país, es un orgullo defender la camiseta nacional y a lo largo de la historia hemos asistido a innumerables conflictos entre clubes y federaciones por el custodio de los jugadores. Esto se debe a que todo jugador aprende desde su mas tierna infancia que no existe mayor gloria que alzar la Copa del Mundo. Tanto es así, que en el debate sobre quién ha sido el más grande de todos los tiempos se mira mucho el curriculum. Quizá por ello Messi no podrá nunca arrebatar el título a Maradona o Pelé. Eso sí, existe un nexo común a todos ellos: era un honor jugar por su país. Es importante destacar este punto porque parece que olvidamos que no existe obligación contractual en defender los colores del combinado nacional. Basta con decir no y quedarse en casa en esos días. Como no podía ser de otra manera hasta en esto España es diferente. No nos asombraría lo más mínimo (de hecho alguno ya lo ha hecho) ver a un jugador despreciando el escudo, jugando por mercenarismo o declinando la invitación. Y es que por mucho que le duela a Xavi o Piqué, poseedores de un documento nacional de identidad español, no son campeones del Mundo con la Selección Catalana y difícilmente hubieran podido llegar a serlo. Pero amparados en la libertad de expresión hay que tomar sus declaraciones como respetables y nadie se inmuta cuando ganamos la Eurocopa y varios jugadores saltan al campo con la bandera de su comunidad autónoma, sus hijos o una camiseta de apoyo a familiares o amigos. Diluida la percepción nacional de varios jugadores y su desconexión con el sentir de la masa social, únicamente queda la vergüenza y mirar a otro lado cuando las televisiones de medio mundo se preguntan de donde son las banderas que lucen los jugadores españoles cuando ganan un título. Este quizá sea el pecado más grave de la Roja: sólo parece representarles a ellos.

FilosofíaEn 1994, un fallo garrafal de Julio Salinas, el codazo de Tassotti a Luis Enrique y sobre todo el gol de Roberto Baggio, nos mandaba de vuelta a casa en cuartos de final del Mundial de  Estados Unidos. Recuerdo volver a casa con la camiseta de la Selección y que un hombre me dijera por la calle que me la podía quitar, que esa camiseta no tenía ningún valor. Era un crío. Han pasado prácticamente veinte años de este suceso y si algo he aprendido sobre fútbol en ese tiempo es que el único ídolo al que se puede adorar es el gol. Gusten de la ideología que gusten,  sean amantes de la posesión o del juego vertical, nunca renuncien al gol. Y he aquí como la Selección Española ha confundido el medio con el fin. No se trata de tener un 86% de posesión y maravillar al mundo. Se trata de marcar muchos goles y de bella factura. No importa como sean, la gente quiere goles. Y quiere ganar. Todos nos acordamos de algunos de los mejores goles de la historia pero no recuerdo a nadie hablar maravillas de los pases de Roberto di Matteo. Vive en nuestra retina el gol de Maradona frente a Inglaterra pero no cuanta posesión de balón disfrutaron ambos equipos. Nos acordamos del gol de Iniesta pero de ninguna (o pocas) de las magistrales acciones que realizó en ese encuentro. Por todo ello, no es extraño que los dioses del fútbol castiguen con episodios como el visto ante Finlandia cuando les ofendemos. Los defensores de la Roja siempre alegan que este estilo nos ha llevado a la gloria, pero nunca entran a valorar que hubiera pasado si Robben le gana el mano a mano a Casillas o Croacia le hubiera apretado un poco más a España. Saben que el caudal de juego desplegado es espectacular pero la capacidad goleadora y vertical brilla totalmente por su ausencia. No quiero decir con esto que desprecie el fútbol de control pero queda en agua de borrajas frente al juego que desplegó la canarinha en el Mundial de Corea. Soy un amante del fútbol total y del talento en el área.

Entrenador. Como se pueden imaginar, Vicente del Bosque no es un personaje que goce de mi aprecio. No me inspira ninguna confianza alguien que es capaz de renunciar a la insignia de oro del club de toda su vida por rencores personales y que pierde el trasero cuando el Rey le otorga una corona marquesal. Estos dos detalles sirven para ilustrar perfectamente la figura de Vicente como hombre eminentemente político que únicamente basa su gestión en agradar a futbolistas y medios de comunicación. No le va nada mal así. Por todo ello ello, podrá ser Marqués de Salamanca y recibir todos los halagos posibles de la FIFA pero nunca tendrá mi respeto como entrenador. Por citar algunos, queda lejos de la ideas de Sacchi, Cruyff o Mourinho. Desconocemos cual es su criterio del fútbol. Nunca lo supimos en el Real Madrid debido a la inmensa herencia que recibió de Toshack o Luis Aragones. Saber a qué juega del Bosque prescindiendo del nueve clásico sistemáticamente o cambiando jugadores por otros en el mismo puesto sin variar el esquema es un imposible. Nunca se le ha visto un ápice de imaginación o innovación en sus alineaciones y dudo que hablando con Toni Grande en los momentos complicados veamos algún progreso. A quien le quede alguna duda al respecto sólo tiene que ver como los jugadores españoles a partir del minuto 79 contra Finlandia no tienen ni la más remota idea de qué hacer y el grado de estrés que sufren. Es revelador que no estuviera contemplada esa situación y que los jugadores entendieran las directrices de Vicente como abstractas e inconexas. Si España en el futuro necesita en un momento crítico respuestas las tendrá que buscar en el campo porque de aquí no van a salir.

Prensa. Dejo para el final la guinda del pastel. Resulta soporífera una retransmisión basada en noventa minutos de irrumación al juego de la Selección Española. Les invito a oir un día el audio de cualquier retransmisión con el partido empezado ignorando el resultado. Parece una goleada y un baño en toda regla hasta que ves las imágenes y curiosamente el partido va empate a cero. No existe ninguna crítica como en antaño, por lo que el día que este equipo fracase la terapia se antoja muy dura porque al que critique le espera como a mi una larga penitencia.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Caza de brujas


Han pasado más de cinco siglos desde que el Papa Inocencio VIII reconociera a través de la bula Summis desiderantes la existencia de brujas en nuestra sociedad. Posteriormente este documento se convertiría en la base del tratado más importante sobre la materia de la historia: Malleus maleficarum. Independientemente del paso del tiempo, estructura y contexto religioso, presenta interesantes afirmaciones que son aplicables a muchos ámbitos:
  1. La brujería es el crimen más grave conocido y el aumento de casos hace pensar que estamos ante un estado de excepción que únicamente podrá erradicarse bajo un estado de guerra.
  2. Todo aquel que dude de la existencia de esta crisis será considerado hereje, cómplice, hechicero.
  3. Los inquisidores son individuos infalibles y puros y sus enemigos, seres inferiores.
  4. La condena es prueba suficiente de culpabilidad.
  5. Cualquier conducta extraña es sospechosa y susceptible de ser purgada.
Ahora que estamos en materia, entenderán que en el momento que Sergio Ramos acude a la COPE con la sudadera de la Selección Española (para que luego nadie cuestione cuales son sus colores), a 'El partido de las 12' da vía libre a una nueva cacería. Y no defraudó el sevillano: no dudó un segundo en afirmar que le hubiera gustado escuchar otras palabras de Mourinho cuando eliminaron al Manchester, confesó que traería a Sergio Busquets al Real Madrid, reconoció abiertamente haber discutido con Luis Aragonés y Mourinho, no arrepentirse del episodio de la camiseta de Özil e incluso se permitió el lujo de bromear sobre el penalti a lo Panenka en las semifinales de la Eurocopa. Creo que debo ser el único que piensa que a la primera cuestión no debió contestar, a un culé no le quiero en el Santiago Bernabeu, lo que diga el mister va a misa, llevar la camiseta fue una auténtica provocación que a otro con menos galones le hubiera supuesto banquillo a perpetuidad y el penalti si lo falla es para tirarse de los pelos. A ningún otro jugador se le recuerda esta temporada más tensiones gratuitas. De todas formas, lo peor no sus desafortunadas declaraciones, fruto del orgullo desmedido, sino que se presta a acudir a un entorno hostil con antimadridistas declarados que tras un breve respiro para acomodarse en la silla no dudan en tirarle los cacahuetes. Atentos a la tanda de preguntas:


Con Luis Aragonés tuviste algún rifi-rafe; con Mourinho, también ¿con Vicente Del Bosque has tenido alguno?
¿Quién acojona más en un cara a cara: Mourinho o Luis?

¿Entonces discutiste con Mourinho?
¿Te has sentido perseguido por Mourinho por este tema?
¿Te arrepientes de lo de la camiseta de Özil?
¿Has respetado siempre en público a Mourinho?
A veces has sido demasiado valiente poniendo el grupo a tu persona.
¿Hay compañeros que te dicen: "dile esto a Mourinho, que yo no me atrevo"?
¿Al vestuario le molestó que Mou dijera que no ha ganado el mejor en la eliminatoria contra el Manchester?
¿El olfato te dice que Mou se va o se queda? 
¿Si él se queda tú te vas?
¿Y si se queda, algún compañero del vestuario se va?
¿ Leíste Twitter cuando salió lo de la comida de las primas?
¿La relación con Mourinho está tan deteriorada como se dice?


14 preguntas consecutivas del Tribunal Inquisidor tirándole de la lengua sobre Mourinho. Ni una, ni dos: catorce. Y luego resulta que el portugués se revuelve y esta haciendo mucho daño al periodismo. En la vida he visto nada parecido. Únicamente les falto preguntarle si fue Mourinho quien ordenó el código rojo. Como era de esperar a los pocos minutos, el hastag #SergioRamosFueraDelBernabeu se convertía en trending topic. No he podido cotejar estos datos pero buscando por la red se afirma que en esa franja horaria hace falta en torno a unos 1200 tweets de unos 500 usuarios diferentes para alcanzar este hito. Por muchas variaciones que existan en estas cifras, lo que queda claro es que no es nada fácil de conseguir y que hay muchos madridistas a los que obviamente no les hizo ni pizca de gracia la desafortunada entrevista de un Sergio Ramos al que últimamente se le ve demasiado en los medios (hace un mes estuvo en el Hormiguero) y se mete en demasiados embrollos en el campo. Es imposible conseguir que se limite a jugar y cerrar la boca. Para calibrar el impacto de esta noticia hay que entender que incluso a gente como Siro Lopez le parezca un asunto delicado que genera división. No es para menos, esto se va de las manos. En estas semanas se cuestiona el madridismo de todos. Quien no es un pipero, es un yihadista y ya nadie es tan merengue como parece. Desfilan periodistas, jugadores, famosos y aficionados. Todo ello con el equipo segundo en Liga, a las puertas de la Copa y encaminado en la Champions. No me quiero ni imaginar la cantidad de brujas que van a arder como no se consigan esos títulos, pero alguno se lo esta ganando a pulso.

UPDATE (16:37): Busquets le devuelve el cumplido a Ramos: "Yo también ficharía a Sergio Ramos para el Barsa". Atentos.

martes, 19 de marzo de 2013

Una semana cualquiera


Nos está haciendo polvo el mercantilismo y la sociedad de la información. Lo digo de corazón. Antiguamente no existía tanta tontería en el mundo del fútbol. La gente de bien acudía al campo con sus bufandas y camisetas ajenas a las maquinaciones de la prensa. Toda influencia se reducía a los amigos, familiares y compañeros de trabajo de cada uno, algo que evidentemente era inocuo para los intereses de un club. Se puede concluir que el madridismo, con sus virtudes y defectos, tenía claro quienes eran sus iconos, sus principios, sus leyendas y qué les convertía en aficionados del club más laureado de la historia. Está demostrado que todo individuo, por separado, es más inteligente, razonable y más difícil de manipular que en grupo. Sin embargo, la facilidad con que podemos encontrar hoy día decenas de opiniones diferentes a las nuestras convierte a cada oyente, lector o espectador en una víctima potencial de cualquiera que se proclame profesional. Yo no lo soy. Pero tampoco creo que lo sean muchos de los periodistas que actúan con total impunidad. ¿Se imaginan que en la época de Ramón Mendoza, Jesús Gil o José Luis Nuñez hubiera salido en televisión una reportera, novia de un jugador, desacreditándoles o perjudicando la imagen del club? No me cabe la menor duda que en la vida se hubiera vuelto a acercar a menos de un kilómetro de distancia del estadio, el susodicho sería baja a final de temporada y su cabeza colgaría de una pica como advertencia para futuros traidores. Por fortuna para ellos, los tiempos cambian y la Inquisición ya no opera en nuestros días.

La incapacidad de discernir y criticar la conveniencia de nuestras costumbres ha conseguido que el madridismo de los últimos quince años se haya acostumbrado a ver como irrumpían decenas de personajes que con diferentes intereses han saqueado este club. Aficionados tristemente convertidos al piperismo han tomado como algo normal e incluso positivo que antimadridistas, visionarios y falsarios retransmitan un partido del Real Madrid, ataquen con total ferocidad y falta de ética a club, cuerpo técnico y jugadores y abran la boca para quebrantar la cotización del pan. Y para disimular, mucho marketing. Toneladas de tazas, pins, camisetas, fundas de colchón  relojes, bolígrafos, llaveros, cupones de descuentos y todas las tonterías que uno se pueda imaginar y que como dice un seguidor de este blog se pueden encontrar en un establecimiento asiático por cincuenta céntimos. Ha sido necesario el contacto con las redes sociales para que poco a poco interactuen aquellos para los que el Real Madrid no es motivo de lucro. Únicamente desde ese prisma se puede entender que el hastag #RELAÑATO fuera trending topic en Twitter el jueves pasado en menos de 10 minutos y retratara de forma evidente a unos de los principales culpables de influir clara y negativamente en este club. Ver como el director de uno de los principales medios deportivos del país pasa de madridista confeso a supuesto conspirador es clave para entender que se cuece en torno a Concha Espina. Ha sido el primer señalado de manera clara y ni mucho menos será (ni deb ser el último).

Dicho todo esto, y retomando la temática habitual de este blog, comentar que el sorteo de Champions me pareció sumamente light. Lo único positivo es que al Real Madrid le toca por primera vez en esta edición un rival claramente asequible a ciento ochenta minutos. Y a estas alturas de la temporada se agradece que lo más preocupante deba ser la elección de pollo o cordero para el kebap. Es cierto que jugar en el Türk Telekom Arena (o en cualquier campo turco) nunca es agradable, que Altintop marcó un golazo al Schalke hace pocos días y que Drogba se sirvió únicamente de sí mismo para llevar al Chelsea a la copa de Europa la temporada pasada pero con seriedad y determinación no debería ser una eliminatoria de tintes dramáticos tras lo visto contra el Borussia, City o United. Hay que enfocarlo desde esta óptica ya que el Barcelona vuelve a tener otro cruce sencillo y por si fuera poco, no tendrán que preocuparse de Ibrahimovic en el primer partido, un renegado de la doctrina blaugrana que a buen seguro está deseando verles las caras. Pese a todo, atentos al submarino amarillo, auténtico tapado de esta edición.

Para terminar la semana, partido contra el Mallorca del cual diré que la nula tensión que me provocaba me hizo perderme los primeros minutos. Eso sí, aunque en ningún momento me asalto el nerviosismo, me da vergüenza ajena ver como el pipero se dedicó a pitar al equipo durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Por favor, que alguien pare este fenómeno. Con el precio actual de una entrada no entra en la cabeza de nadie en su sano juicio acudir al estadio a entorpecer. Las opiniones y disconformidades quedan para después, para el día siguiente en la oficina o para escribir cuatro tonterías en un blog como este. En el campo, semejante pitada únicamente sirve para no ser partícipe de la victoria cuando comienza la remontada. Sólo es propiedad de aquellos que apoyan sin cesar y que entienden su rol en este negocio (que no deporte). Por fortuna uno de los tipos con mayores huevos que haya visto el madridismo está dispuesto a trabajar contra viento y marea. Tres goles en quince minutos no son casualidad: son el resultado de otra lección de táctica, motivación y reacción; de la aparición en Marzo (más vale tarde que nunca) de Higüaín, el estado de gracia de Modric y el buen hacer de Özil. Eso sí, el producto conocido como Kaká no debe volver a ponerse esta camiseta: hay sesenta y cinco millones de motivos que lo respaldan.

Y por último que no se nos olvide que el entorno del topo nos recuerda como el de Móstoles última su recuperación y ya incluso es capaz de realizar acciones de mérito. En breve, asistiremos al debate: ¿ el capitán del Real Madrid, Selección Española y novio modélico ha de recuperar su titularidad vitalicia en la peor temporada de su carrera ?

miércoles, 13 de marzo de 2013

Diferencias


Estas imágenes corresponden a las portadas de Sport y As el 13 de Marzo de 2013 tras la eliminación del AC Milán en Liga de Campeones. Comprensible la de Sport, la pregunta es que clase de periódico presuntamente madridista sale a la calle con esa portada y lo que es más grave aún: qué clase de madridista gasta un euro de esta manera. 

Te invito a que escribas en Twitter a Alfredo Relaño (director de AS) y le digas lo que te parece su maravillosa portada: @AS_Relano y de igual manera, participes mañana jueves en el hastag #Relañato

lunes, 11 de marzo de 2013

Keep calm and trust



Si comentaba el miércoles que Roy Keane cargó contra Nani por su actitud en la entrada que desequilibró el partido (más allá del color de la tarjeta, justicia y repercusión en el resultado), es justo reconocer que el irlandés también señaló que la actitud humilde y compasiva de Mourinho durante todo el partido y a su finalización no le pegaba ni con cola. Y tiene toda la razón. No encaja en el arqueotipo de modestia y genera toda una corriente de opiniones sobre por qué lo hizo. En estos tres años hemos visto en él los valores que muchos madridistas queremos para nuestro entrenador: determinación, autonomía y sobre todo mucho coraje. Y no creo que lo que nos ha ofrecido sea una simple máscara: así es Mourinho y así le han querido durante toda su carrera independientemente de como sea en su vida privada con familiares y amigos. Verle acabar el partido cabizbajo, acordándose de Pepe y compadeciendo a Ferguson cuando todo el madridismo era una fiesta es un comportamiento sumamente inoportuno e impropio considerando que le hemos visto celebrar títulos apasionadamente con Chelsea, Inter (aquellos míticos aspersores) y Oporto, con quien en el 2004 corrió los 100 metros de la banda de Old Trafford al marcar Costinha en el último minuto el gol que les daba el pase a cuartos y posteriormente su segunda copa de Europa. Entre ese episodio y el del martes, donde Mourinho repite la historia de aguar la fiesta a la grada inglesa, ha pasado casi una década y, aunque Mourinho ha recorrido medio mundo para labrarse a pulso un nombre en este deporte, Ferguson sigue en el mismo sitio. Llevaba 18 años al frente de los red devils cuando perdió frente al Oporto y camino de 27 el martes pasado. Pero tiene 71 años e inevitablemente un ciclo toca a su fin. ¿Hay algún destino más interesante que el banquillo de un club que mantiene en el cargo al entrenador independientemente de los resultados y goza de medios suficientes desde los que plantear con plena libertad cualquier proyecto deportivo? La respuesta es única. Mientras todos los medios llevan meses quedando en evidencia y especulando con su retorno al Chelsea o incluso un rocambolesco affair con el City desde este blog he señalado en innumerables ocasiones que el siguiente destino de Mourinho únicamente puede ser Manchester. No tiene por qué esconderse en la Bundesliga, el Calcio no tiene nada que ofrecerle e Inglaterra siempre será su templo, aclamado por el público y respetado por la prensa. La diferencia radica en que el tiempo necesario para llegar a este banquillo no lo marca el fútbol, sino la pasión y fuerzas que le puedan restar a Sir Alex. Personalmente el portugués me parece el mejor entrenador que hayan vistos mis ojos: implicación, profesionalidad, psicología y gestión de recursos envidiable. Cualquier decisión que tome en un futuro se ha ganado el derecho a ser respetada, pero mientras tenga contrato en curso y cuando un gol sea un momento épico para el club que le paga, debería celebrarlo. No porque queramos considerarle un madridista o considerar que tiene un corazón merengue sino porque porque ya lo ha hecho antes y ese día su sueldo lo paga el club. Hay mejores y más elegantes formas de pedir trabajo.

En este punto, presento mi hipótesis. Hay que recordar que a pesar de que a Mourinho el reto le resultaba sumamente beneficioso, es Florentino Pérez quien le ficha con un doble objetivo: romper la hegemonía blaugrana y conquistar la Décima. Completamente desquiciado el barcelonismo tras la espantada de Guardiola y el evidente cambio de tendencia en los clásicos, queda determinar que ha conseguido en el plano deportivo. Aunque lleve tres años en Madrid, todo se reduce a lo que pase de aquí al final de la temporada. Sin importar la devaluada Copa del Rey, de ganar la Copa de Europa, Mourinho sale por la puerta al día siguiente como inmortal, leyenda y mártir elevado a los altares. Pero si no lo consigue podría argumentar fácilmente y con toda la razón del mundo que no ha gozado ni del apoyo del club (a excepción de José Ángel Sánchez y cuerpo técnico), ni de la plantilla (completamente retratados Casillas y Ramos), ni de la prensa (donde no hay mucho que decir). En este escenario, al club no le queda más remedio que anticipar cualquier movimiento del portugués y filtra el viernes por la mañana que seguirá al frente del equipo la temporada que viene. Este matiz es importante, porque dependiendo de que medios de información usemos para valorar este movimiento y la veracidad que pueda residir en el ultimátum en el cual le emplazan el 3 de Abril a pronunciarse sobre su futuro, podríamos concluir cosas tan diferentes como: a) que el club nunca sondeó el mercado en busca de otro entrenador, b) que el club se cubre las espaldas en el hipotético caso que abandonara el club a final de temporada y demostrar que siempre se quiso ir o incluso c) todo ha sido un complot periodístico para vender más portadas. Recordemos que en esta casa aparte de cumplirse 111 años de historia, hay elecciones. Nadie quiere ser el malo de la película.

Por todo ello, hoy Lunes no es de extrañar que las aguas vuelvan lentamente a su cauce, Mourinho desaparezca de la primera línea y veamos a Karanka en rueda de prensa, un tipo que suele ser bastante coherente y que complementa muy bien con el resto del cuerpo técnico. Por cierto, que no se equívoco demasiado en el análisis posterior. Costó bastante entrar en juego y comprender el partido, y aunque van dos encuentros consecutivos donde parece que al equipo le cueste mantener sosegadamente un resultado positivo en los últimos minutos, la lógica se impuso en Balaidos. Por desgracia, sigo sin entender como se puede caer en nueve fuera de juegos en 27 minutos sin que nadie opte por plantear algo diferente, qué pasa por las cabezas de Benzema, Callejón o Albiol (completamente desconectados de la realidad en estas ocasiones que deberían aprovechar) y qué podemos hacer si Xabi Alonso se ve apartado del equipo más de cuarenta y cinco minutos o Ronaldo no aporta su ración de gol semanal.

En cualquier caso queridos amigos, merecidamente superado el Atlético de Madrid en la clasificación (era únicamente cuestión de tiempo), y el espíritu mas rossonero que nunca (siempre tendrá mi simpatía el equipo que se enfrente al Barcelona), esta ha de ser una semana de calma y reflexión en la que valorar el estado actual de la plantilla, sopesar y corregir los puntos débiles, disfrutar del momento actual y preparar los decisivos cruces que se avecinan. La calma es sólo un espejismo pasajero. Pero nunca viene mal.

ACTUALIZACION: Un visionario, José Ramón de la Morena, afirma tajantemente que Mourinho no seguirá la próxima temporada. Empieza el festival de videncia.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Épica en el Teatro de los Sueños


¿Qué ocurriría si un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: «Esta vida, tal y como tú ahora la vives y como la has vivido, deberás vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nada nuevo; sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento, y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión: y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas, y así también este instante y yo mismo.

Planteaba Nietzsche con el eterno retorno que todo el devenir del mundo va ligado a un bucle infinito. Todo lo que ocurre ya lo ha hecho con anterioridad. Los protagonistas de un suceso vuelven al mismo escenario. Se repiten las historias, las circunstancias, los comportamientos y las sensaciones. No hay nada que no haya ocurrido antes. El madridismo ha disfrutado de alguno de los mejores momentos de su historia en Old Trafford. Di Stefano, Fernando Redondo o Ronaldo Nazario han forjado su leyenda con actuaciones memorables en un templo del fútbol. Era inevitable por tanto que el eterno retorno no le reservase a una leyenda en activo como Cristiano Ronaldo su puesto en la historia. Tampoco engañaban los números: el Madrid marca en todas sus salidas europeas y el portugués asegura de media un gol por encuentro. Escalofriante.

No obstante, la noche no empezó ni mucho menos bien y el sufrimiento fue excesivo para una eliminatoria donde el Madrid pese a todo pasa con justicia tras considerar los ciento ochenta minutos. En los primeros noventa el United nunca buscó el partido y especular con el resultado en el segundo le costó la eliminatoria. Decía Ferguson que había encontrado la forma de jugarle al Madrid a raíz del partido de Copa contra el Barcelona y lo consiguió parcialmente teniendo en cuenta que el equipo no se acercó en la primera mitad a la portería rival. Hay que reconocer que fueron múltiples los pecados merengues: el juego de Ramos, siempre al límite, creaba muchas complicaciones y polémicas, Arbeloa no tenía presencia en el juego ofensivo y sufría para cubrir su posición, Di María abandonaba la banda dejando cojo al equipo, Ronaldo desaparecía en coberturas dobles y triples y la dupla Alonso-Khedira no daba abasto para destruir los contraataques de los red devils. Vimos mucho a un consagrado Varane y demasiado a Coentrao.

Con este panorama y el gol de United la clasificación se complicaba peligrosamente. Y entonces llega el minuto 56 y Nani "De Jong" cambia el curso de los acontecimientos. Es cierto que no ve llegar a Arbeloa y no existe intencionalidad, pero una vez tiene su costillar a su disposición le remata sin piedad. Y en ese momento las cámaras demuestran que le ve. En ese detalle, junto a su absurda actuación para evitar la amarilla (ojo al color) es donde se fundamenta la expulsión. Muy sutil, demasiado rigurosa y ciertamente polémica pero no me canso de recordar que errores y jaimitadas se pagan muy caros en alta competición y se producen constantemente. Puedo convenir que es una forma cruel de desequilibrar la eliminatoria y probablemente Ferguson y su ayudante Mike Phelan tengan motivos suficientes para estar indignados al considerar que Cuneyt Cakir arruinó el partido, pero hay que recordar que en ese momento el United gozaba de ventaja en el marcador y media hora de juego por disputar. Prefirió revolcarse en el fango a seguir luchando y eso le costó el partido. Las preguntas que un aficionado inglés ha de hacerse son varias: ¿Qué hubiera pasado si hubieran actuado a partir del minuto sesenta con la misma determinación con la que afrontaron los minutos finales forzando tres intervenciones de Diego López? ¿Por qué Giggs, con 39 años, totalmente desfogado sigue en el terreno de juego hasta el final cuando en el 71 era evidente que se arrastraba por el campo y no podía aportar nada? ¿Qué hace a Ferguson disponer de Rooney con el partido perdido? ¿Por qué no le alinea de inicio e intenta cerrar el partido en el primer minuto? Si cogemos a cualquier equipo y le planteamos comenzar un partido con 1-0 en su campo y media hora por disputar frente al Madrid para clasificarse, ¿cuantos firman esas condiciones? Señores, en peores circunstancias y con mucho menos a favor le han arruinado infinidad de noches al madridismo. No obstante, al que le queden dudas, remitirle a las declaraciones de Roy Keane.

A partir de ahí es donde aparece la identidad del Real Madrid y su grandeza como club. Un equipo que tiene marcada a fuego en su alma la palabra remontada. El orgullo, la casta, el coraje, el espíritu de Juanito y la cofradía del clavo ardiendo aparecen a escena y en ese momento, ya no hay nada que hacer: aparece Modric, un protagonista accidental, y estampa un balón en la cepa del palo que le atraganta el piscolabis a gente como Roberto Palomar que sin ningún tipo de tapujos afirma en antenta que era un balón "facilmente parable". Casi nada. Y acto seguido, taconazo de Özil in memoriam de Fernando Carlos Redondo Neri. Fotograma a fotograma cambiaba el ritmo de la jugada y sellaba una remontada épica que rompía las gargantas de todo el madridismo. Semana para enmarcar.

sábado, 2 de marzo de 2013

Esos breves momentos


"Parece como si el Madrid no supiera ser feliz". Con estas palabras arrancaba la editorial de nuestro querido Alfredo Relaño el Viernes tras el partido de Copa. Un titular efectista y enigmático que le aleja un paso más del sentir general del madridismo. ¿En qué clase de entorno se mueve este hombre que percibe tristeza en estos momentos? Todos los madridistas que me rodean (aficionado, fanáticos, piperos o seguidores de la yihad pero madridistas al fin y al cabo) disfrutan del mejor momento anímico de la temporada y viajarían a una hipotética final de Copa a Barcelona si dispusieran de los medios necesarios. Don Alfredo, por contra, dejaba una curiosa pregunta flotando en el ambiente: ¿Qué tiene de bueno hacer viajar a mas de treinta mil de cada equipo hasta Barcelona?. La única respuesta válida se encuentra más allá de los márgenes del deporte, en los mundos de la política. El fútbol no debiera traspasar nunca estos límites, pero cuando Barcelona y Athletic decidieron jugar en la capital y amparados en la democracia, en el estado derecho y en la libertad de expresión pusieron al conjunto de la sociedad en evidencia frente al resto del mundo, en ese momento aceptaron la posibilidad de ver en el futuro 107.000 madrileños en la Font de Canaletes.

Dicho esto, hubo derbi. Y como era de esperar, el cuerpo técnico reservó prácticamente a todos los titulares de cara al partido contra el United. La mala noticia para Kaka, Benzema o Callejón es que Morata fue el único que aprovechó su titularidad. El brasileño pasó de puntillas, Karim no aportó más que despistes a pesar del gol y Callejón ha de entender que a un jugador de medio campo hay que exigirle algo más que entrega y trabajo. El conformismo en el empate se palpaba en el ambiente: un partido demasiado trivial, aburrido, y en ciertos momentos tan insoportable como la posesión del Barcelona durante muchos tramos. Pueden apropiarse del esférico y batir récords continuamente sobre el porcentaje de acierto en el pase que quieran, pero la capacidad ofensiva se limita a lo que haga Messi. Criticaba Robinson que el Madrid jugaba al catenaccio pero es innegable que quiso ganar y aún no sabemos a qué jugaba el Barcelona pasándose el balón entre Messi e Iniesta sobre el filo de la primera parte. Teniendo en cuenta el lavado de imagen que le demanda su masa social en estos días, no quedaba demasiado claro qué ganaban con el empate.


La segunda mitad hubiera seguido en los mismos derroteros de no ser por los cambios. Mourinho  en un momento dado sí quiso el partido una vez garantizada la tranquilidad atrás. Se le pudo ver corriendo, gritando, apuntando e incluso insultado. Roura no hizo nada. Nada. Ni por ganar, ni por mantener el empate; por lo que los dioses del fútbol te castigan con un gol en contra en los últimos minutos, pitorreo en el lanzamiento al palo de Ronaldo, un penalti polémico y fantasma donde no hay contacto y la caída es anterior al cruce y un justo expulsado por jaimitada que era imposible que pudiera apreciar nada desde la portería. Si no es por el fallo de Ramos en el gol de Messi, se marchan de Madrid con el premio a la indiferencia en el bolsillo por segunda ocasión en una semana. A partir del Lunes hablarán de los árbitros y los valors se harán añicos intentando camuflar el hecho de que algo no cuadra. Tras el partido de ida contra el Milán y los dos encuentros contra el Madrid, es probable que este Barcelona no le remonte la eliminatoria a los italianos. 

Y mientras tanto en Concha Espina, los trece puntos de diferencia en Liga no sirven para empañar el momento de euforia actual. La final de Copa se percibe como una fiesta independientemente del resultado y a pesar de quedar mucha Champions por delante, el optimismo ha de mantenerse en valores altos. El equipo sigue vivo y quiere dos títulos que valen una temporada. Así que disfrutenlo y eviten la contaminación generada por individuos que no saben ser felices. Otros con un gin tonic en mano y la expulsión de Valdés disfrutamos como enanos. Salud.