miércoles, 27 de febrero de 2013

Cazando dragones


Cuando era pequeño creía en dragones, fantasmas y brujas, elfos, trolls y duendes, el ratoncito Pérez, los Reyes Magos, Papa Noel y en definitiva, cualquier personaje ficticio que pudiera poner una guinda de ilusión en mi vida. Eran fantasías, espejismos que sustentaban mi mundo y creencias en las que buscar refugio para el duro día a día. Entonces llegó el principio de mediocridad y la cruda realidad. La certeza de que no existen observadores privilegiados para un determinando fenómeno. Y me apasionó. Aplicándolo al fútbol y en concreto al F.C. Barcelona implicaría que el universo no gira en torno ellos. En este planeta no cuentan con ningún privilegio singular, no viven en un país diferente, su existencia no se debe a la influencia de profundas fuerzas cósmicas sino que la mayoría de los acontecimientos que suceden en el mundo son simples consecuencias de las leyes naturales, leyes de carácter universal que rigen en todas partes y atañen a la totalidad de lo existente, sin que haya excepciones que redunden en beneficio personal. Son un club mas (no más que un club) con un estadio donde hay orinales idénticos a los de otros campos.

Sin embargo, no imagino al soci dirigirse al campo con sus tebeos favoritos comprendiendo la profundidad de estas ideas. Veo por televisión como prefieren quedar afónicos cantando el himno de su equipo y aberruncharse en sus creencias. Supongo que es una actitud más vitalista considerarse especial y enfundarse en valors, humiltat y seny (se pronuncie como sea) a plantearse la posibilidad de ser un mediocre más que sigue creyendo en duendes.

El FC Barcelona no habla de los árbitros. Salvo el sujeto conocido como Roura. El segundo del segundo debe considerar que eso lo convierte automáticamente en el tercero. Error. No es nadie, tan solo un accidente más del universo ubicado en el lugar e instante preciso para deleitarnos durante un breve espacio de tiempo y cuya estrella se apagará más pronto que tarde y volverá al anonimato del que nunca debió emerger. En ningún espacio-tiempo Roura le podía mojar la oreja a Mourinho y darle lecciones de fútbol. Únicamente le quedaba aferrarse a Undiano Mallenco, otrora mediocre arbitral y hoy héroe nacional por no caer en la trampa de la impotencia que generó el 0-1. Nunca fue buen negocio hablar de los árbitros, no lo es hoy en día y nunca lo será. Únicamente se puede confiar en sacrificios para contentar a estos dioses caprichosos capaces de morder la mano que les da de comer. No fue un espejismo de villarato, no hubo polémica alguna. Fue penalti claro a Cristiano, Pedro está en pose de Superman en ambas jugadas y todo jugador del Barcelona que era rozado miraba instintivamente al árbitro buscando su complicidad. Mediocre mira a mediocre. Nada que objetar. No puedo darte más.

La posesión es sinónimo de triunfo. Menos cuando eso no supone avanzar un metro en campo contrario. Ayer por primera vez en meses, la realización de Canal + no consideraba importante acribillarnos cada 5 minutos con los datos sobre posesión del esférico. Con un 23% el Madrid dio un baño táctico a un equipo que en ocasiones se recrea absurdamente en dar recitales de pase en corto a 45 metros de la portería contraria. Tanto dominio para ceder por completo la posibilidad de contraataque y en cuatro zarpazos quedar en evidencia. En el fútbol no cuenta la posesión. Es algo trivial frente a los goles, la verticalidad y la pasión al igual que hay que partidos donde únicamente prima el resultado y no los medios utilizados. Daba más miedo ver a Ronaldo corriendo por la banda que los interminables rondos blaugrana sin profundidad alguna.

Se puede ganar sin delanteros. Vicente del Bosque y el Barcelona lo han demostrado en los últimos tiempos. Pero también han comprobado lo que ocurre cuando la medular no es capaz de compensar la ventaja táctica de un nueve puro que fije las defensas y los beneficios del juego por bandas. Renunciando ayer a estos dos conceptos tan básicos del fútbol moderno, Barcelona, España, Namek o cualquier otro equipo de esta galaxia tienden irremisiblemente a la mediocridad al no quedar nada destacable en su juego si las señas de identidad no aparecen en el campo para ganar. Iniesta fue tapado por Arbeloa, Varane hizo retroceder a Messi a la posición de diez clásico (siendo generosos) y ahí naufragó toda profundidad azulgrana. La lección es clara: hay belleza y plasticidad en el orden y rigor a su debido tiempo; pero no todos los días son para lucirse y en ocasiones no queda mas remedio que tirar el lápiz en la oreja, enfundarse el mono de trabajo y bajar a galeras a cosechar la victoria. El fútbol venera al jugador que marca un gol por partido. Lo venera con mas de 12 millones de euros anuales limpios de polvo y paja. No se puede ahorrar en el gol.

Humiltat. O mejor dicho la que quisieran tener. Hoy los tebeos catalanes prefieren mirar a otro lado antes de reconocer la doble jaimitada de su prepotencia ante Milán y Real Madrid. Otro se plantearía porque hay entrenadores cobrando mas de 6 millones de ficha anuales y que tal vez un pobre hombre como Roura no tiene categoría suficiente para quedar al mando de un equipo de la élite mundial. Que Pinto, vista su excursión por el área en el gol de Varane, no puede jugar partidos decisivos (al igual que Adán tampoco). Tampoco se plantea nadie qué profundidad tiene una plantilla en la que si Messi no aparece se diluye la capacidad ofensiva como un hielo a la intemperie. Hernández e Iniesta no son eternos y la mitad de la plantilla blaugrana no tiene galones para tirar del equipo en un momento dado. Semejante soberbia se paga cara y la vuelta de la eliminatoria contra Milán queda cerca. Perdieron allí, lo hicieron ayer y la temporada ganando únicamente Liga sabe a poco en Can Barsa.

ValorsSport indica a Casillas como "portavoz defenestrado" y sale el día después en portada con el viaje de Tito Vilanova. Ni una palabra de autocrítica, ni un solo reconocimiento al rival. Nada. Únicamente la cabeza gacha y silencio. Que pase este martirio rápido. Tanto documental de la Masía, tanto tiki-taka y tanta panochada para acabar viendo a Fábregas o Jordi Alba agonizar por su rodilla, el rostro y lo que haga falta camilla incluida. Las cámaras de medio mundo enfocando y niños de todas las nacionalidades aprendiendo a rebozarse por el césped y redactar un parte médico antes de intimar con el balón. Cuanto más se adora en Barcelona el gusto por el fútbol más aparecen los lloros, las nenazas, las quejas y las palabras de Rossell. Se palpa el miedo y la tragedia porque todos sabemos que de no haberse visto envuelto el madridismo en esta espiral de violencia gratuita, hasta la disputa de la Liga hubiera sido comprometida. Pero otro título de Liga en Madrid y Barcelona ya sabe a poco. A muy poco.

Seny. Sensatez, cordura. Justa percepción, apreciación, comprensión y actuación. Casi nada. Un tiro en el pie y una bofetada en toda la boca ver como el Madrid destrozaba la eliminatoria en menos de una hora con justicia y sin trabas. Siendo prácticos y sin ningún alarde de magia, entendió mejor el juego, encontró su momento en el partido y no perdonó cuando tuvo que definir. Si en el 0-3 decide ir a hacer sangre la manita hubiera sido factible. El cambio de Pepe supone una muestra de respeto y prudencia y un ejemplo claro de cómo saber ganar. Yo mismo hubiera sacado a Higuaín mucho antes del terreno, habría buscado la gloria y sacado a Pepe de inicio. Pero Mourinho no. No perdió un solo minuto en trivialidades o concesiones y se permitió el lujo de mandar a Casillas (que no Karanka) a la rueda de prensa. Movimiento brillante para alguien que día a día sigue haciendo su trabajo a pesar de las continuas zancadilas y que pese a todo puede traer un doblete épico a nuestras vitrinas. Todo honor y gloria para él hoy. Yo también habría ido a abrazarle, con Alonso y Arbeloa. ¿Lo habrían hecho Casillas o Ramos? Me temo que aún tenemos dragones que cazar.

lunes, 25 de febrero de 2013

Villarato a las puertas


Si ya la semana pasada atentábamos merecidamente contra la figura de Paradas Romero, esta semana no tengo calificativos para Alfonso Javier Álvarez Izquierdo. Expulsión en el descuento por doble amarilla en menos de diez segundos. Casi nada. Viendo la cara de un Di María que no se explica en ningún momento qué esta pasando, las preguntas obligadas son: ¿Esto es real? ¿Está pasando aquí y ahora o simplemente son alucinaciones de mi enfermizo subconsciente?. Les invito a que vean la escena completa lentamente y se fijen en el odio e inquina de sus ojos cuando le saca la segunda tarjeta. Casi parece relamerse el muy sinvergüenza. Amigos míos, recuerden que este individuo resulta ser catalán y con su esperpéntica actuación deja a al argentino fuera del clásico. ¿Se imaginan a un colegiado expulsando hoy día a Hernández de la misma manera?. Claro que no, porque esto es otra toma falsa de villarato.

Dicho esto, destacar que la primera parte del partido fue absolutamente infumable y si no se pone la carne en el asador en la segunda mitad la cosa hubiera pasado a mayores, porque el equipo "B" no es capaz de sacar un partido adelante. Esta claro que el equipo llega con alfileres a este tramo de la temporada y sorprende que con todos los acontecimientos de los últimos meses no se haya podido plantear disponer de la mayor cantidad de efectivos posibles. Pepe, Alonso, Marcelo e Higuain (del que por cierto pensaba que fallaba el gol de la remontada), llegan fuera de forma, tocados o saliendo de una lesión. Benzema, y Di María ofrecen un rendimiento muy inferior al esperado y todo el peso del equipo quedará en manos de lo que puedan aportar Cristiano, Özil, Khedira y algún invitado de última hora. En la práctica supone prescindir de al menos medio equipo con el que se han conseguido los mejores resultados y es de suponer que hará falta un plus. Puede que lo de la afición, puede que saque la pizarra el cuerpo técnico o probablemente venga de la cara positiva del síndrome del doctor Jekyll y Mr. Hide, representado en la figura de nuestro malogrado Ricardo Kaká: totalmente errático en la primera mitad y fallando goles claros (que tome nota de como remata un balón Riki) es capaz de aparecer en la segunda parte para capitanear la remontada. Le piden como titular frente a Barcelona y United pero crea un estado de ansiedad verle danzar por el campo. En el desconcierto puede estar la clave.

lunes, 18 de febrero de 2013

La sombra del villano


No me sorprendió la lamentable actuación de Paradas Romero. Es un individuo sumamente incompetente que por alguna extraña razón quiere labrarse una carrera expulsando madridistas a diestro y siniestro y que con la de ayer suma la friolera de seis expulsiones a jugadores del Madrid  en los últimos tres años. Considerando que únicamente la providencia divina evitó que expulsara por tercera vez a Mourinho, queda claro que este sinvergüenza es por derecho propio uno de los mayores enemigos del madridismo en la actualidad. Si todo esto ha sido capaz de hacerlo en partidos corrientes que no requerían un especial análisis de la polémica o diferentes tomas de la cámara superlenta, yo me pregunto de qué sería capaz este personaje si el Madrid se jugará un título. Digo esto porque un jugador no se puede ir de un partido en el minuto veinte, cuando su equipo gana dos cero, por dos tarjetas amarillas sin ningún tipo de violencia sobre el terreno de juego, sean merecidas o no. Me da igual quien quiera recordar las diecisietes expulsiones de Ramos como jugador blanco o apelar a su cortocircuito: fue una canallada que queda impune y se ve agravada por el tratamiento que dio este especimen al resto de jugadas del encuentro, en especial los controles con el antebrazo.

Por desgracia, otra consecuencia implícita fue ver a Morata relegado al banquillo. No es jugador de mi devoción y creo que los años le apartarán del club, pero merece la oportunidad y algo más que una palmada en la espalda cuando la tiene y la está aprovechando. Porque a pesar de que me pareció otra muestra de autonomía la decisión de dejar a Benzema reflexionando y puedo llegar a convenir que era el cambio mas coherente, hubiera sentado a Kaká. Antimadridistas, piperos y falsos profetas le defienden hoy. Los primeros porque se alegran de que el Real Madrid juegue con un jugador menos (saben que tarde o temprano volverá a decepcionar como siempre), los segundos porque quieren ver un rayo de esperanza y que sus hijos vendan a buen precio los cromos y los últimos por encontrar algo de lo que hablar hoy una vez que el fútbol vuelve a quedar en segundo plano. No nos engañemos: estos sesenta millones conocidos como Kaká sólo se recuperan si la actuación del brasileño en una hipotética final supusiera la décima copa de Europa al madridismo. E incluso en esas circunstancias me sentiría totalmente desconsolado. Imagínense vivir en un mundo donde el madridismo le debiera a Ricardo el mayor hito de sus historia. Que amargo revivir del mito de Sansón !

UPDATE (28/02/13): Paradas Romero deja el arbitraje tras una monumental bronca con Manuel Diaz Vega, director del Comité para el Fútbol Profesional. Los supuestos motivos incluyen presiones y no haber sido valiente en expulsar a Mourinho. Algo sumamente curioso considerando que ha sido el único que lo ha hecho en España y que refleja las ganas que le tienen algunos al portugués.

jueves, 14 de febrero de 2013

Saber ganar


No es fácil ganar. Tampoco existe un tratado donde se fundamenten los preceptos necesarios para conseguir la victoria. Si así fuera, no existirían clubes sin trofeos en sus vitrinas o jugadores legendarios sin nada que destacar en su palmarés. Debido a esta circunstancia, cada cual hace lo que considera válido para obtener el éxito. Al Manchester United anoche le valía colgar once jugadores del larguero para empezar con buen pie la eliminatoria y dejar el resto al talento de Van  Persie y Rooney o el oportunismo de Walbeck. Para mí, el Manchester hizo su partido y ganó claramente la primera ronda porque aplicó desde el primer minuto las reglas para afrontar eliminatorias a 180 minutos: inteligencia, pragmatismo, táctica, paciencia y oportunismo jugando como visitante y determinación en la victoria siendo local.

Justificado el United, el que no entendió su rol en el partido fue el Real Madrid y su público, que una vez más no hizo prevalecer el factor campo (la sombra de la eliminatoria del año pasado contra el Bayern es alargada) ni supo llevar en ningún momento el peso del partido. Un partido donde Khedira pasa tantos y tantos minutos con el balón en los pies es un partido perdido para esta plantilla. Es innegable el momento de forma del alemán, baluarte defensivo y pilar fundamental de un club que requiere robo y presión para lucir su juego, pero siempre he defendido que, a la hora de ganar un partido, jugar con Khedira es hacerlo con un jugador menos. El Real Madrid anoche no era la selección alemana: Alonso no estaba en condiciones de ejercer de Schweinsteiger, no había nadie dispuesto a hacer de Müller o Podolsky al no existir el juego por bandas, el estado de Benzema e Higuaín no le llega ni a los talones a Mario Gomez y Özil estaba demasiado ocupado en aportar luz en la sombra. Demasiadas responsabilidades quedaban en los pies del bueno de Sami, incapaz de dar un pase determinante o rematar con sensación de peligro. Fatigado y tocado Alonso, todo lo que dispuso el Madrid fue un pletórico Özil que sería claro aspirante al balón de oro si el físico acompañase, un voluntarioso (que no acertado) di María y los fogonazos de Cristiano. Demasiado poco ante la baja este año de Marcelo (anoche muy bien suplida por los dos remates de Coentrao) y de recambios de garantías para estas posiciones. Sin bandas, mediocampo y delantera, no veo cómo el equipo puede remontar la eliminatoria de Copa frente al Barcelona, pasar frente al United y encarar los posibles rivales que le queden hasta el fin. Ganar la Copa de Europa si no eres el Chelsea, requiere de algo más que fe y ganas.

Si quitamos el plano táctico en el que un equipo afronta un cerrojazo y nos limitamos a lo  puramente ofensivo, entender el partido pasa por la comparación entre Benzema, Higuaín, Van Persie y Rooney. Los madridistas fueron incapaz de darle peligro, coherencia y sentido a sus acciones y ni otros noventa minutos les hubieran servido para sacar algo en claro del encuentro. Mientras tanto, Van Persie con el apoyo de Walbeck se multiplicaba para suplir el mal partido de Rooney corriendo a la contra, reteniendo balones, dando respiro a su equipo, asistiendo a sus compañeros y en definitiva poniendo toda la carne en asador para llevarse en el partido cuando tocaba a su fin. Recordar que el jugador más determinante del encuentro costó 25 millones de euros, limpios de polvo y paja. 

El incidente Giggs. Culpar exclusivamente al equipo de no saber ganar es injusto. El Santiago Bernabeu ya no es ni por asomo el jugador número 12 que ganaba por sí mismo en estas noches europeas e infundía el malogrado miedo escénico. Ha perdido su identidad, su orgullo, su historia al aceptar mirarse en els valors, humiltat y seny del barcelonismoEs un estadio abandonado a turistas y piperos donde un jugador visitante recibe una ovación mayor que la de un jugador local con el partido aún en ascuas. Las cámaras no engañan: la maruja tapándose la cara compungida, esos chavales con el chandal del año pasado y la uñas roidas ante los huesos por el nerviosismo y sobre todo esas pipas, esas bolsas de pipas cubriendo el suelo...

Casillas y Ramos. Otra clave del encuentro fue ver como la tragicomedia vital no perdonaba a dos de los presuntos topos de esta temporada. El primero se rompió una mano y, aunque ha podido mantener la otra sana para comentar las fotos de su novia en Instagram cuando su equipo las pasaba canutas, vio como Diego López le sacaba un gol cantado a Walbeck y un remate claro a Van Persie. Sólo con eso, un jugador recién llegado a este esta plantilla debe ser parte de ella la temporada que viene para recordarle al capitán, a nuestro querido capitán, lo que ocurre a quienes corrompen capitanía, trabajo, compañerismo y lealtad. 
En cuanto a Ramos, su fallo en el primer gol, la cantada clara que pudo ocasionar el segundo y el fin de la eliminatoria y sobre todo saber que fue el peor defensa del equipo ya es de por sí un duro correctivo para su ego, ahora que los focos se vuelven a Varane y al retorno de Pepe.

Conclusiones. Si esto es el final de la temporada, el cuerpo técnico ha de tener todas las líneas del equipo a punto sin importar sacrificar la Liga y plantear soluciones a otro posible partido en Old Trafford donde este obligado a llevar el peso o salir a la contra. Si Alonso llega a tono y algún gregario suma algo en la medular únicamente hará falta que se presenten los de arriba. En caso contrario solo la épica y los testículos pueden sacar esto adelante.

lunes, 11 de febrero de 2013

Ronaldo mediante


Gracias a un desdibujado e inocente Sevilla y sobre todo a un magistral Ronaldo que consigue hat tricks con la misma facilidad con la que uno se cambia de ropa interior, llega el Madrid al primer match point de la temporada con una sensación de incertidumbre patente. ¿Cual es la auténtica versión de este equipo? ¿La vista contra el Granada o contra el citado Sevilla? Obviamente queremos y presuponemos la segunda pero la versión moderna del doctor Jekyll y Mr Hide se encuentra entre nosotros y es capaz de salir a flote en los momentos mas inoportunos, aterrorizando a propios y extraños. Y es que los viejos fantasmas nos persiguen al ver a Kaká sobre el terreno de juego...

Sabemos muy bien el estado de forma de Cristiano (que a buen seguro vuelve a la que fue su casa con ganas de ruido), pero conocer la auténtica cara de Benzema, Higuaín, di María entre otros será vital para calibrar las aspiraciones europeas. Veremos el rendimiento de Diego López, como se soluciona el problema de los laterales y a cuantas revoluciones funciona el motor de Khedira, Essien o Modric. No vale nada de lo anteriormente visto, la temporada empieza el Miércoles. Pese a ello y tras lo visto el Sábado, creo que el Madrid es favorito en la eliminatoria contra el United. Lo consideraría a un único partido, por lo que a 180 minutos, la mayor calidad individual y colectiva, la situación del equipo en Liga y el espíritu del madridismo cuando surge la palabra Europa, debe decantar la balanza. Pero sobre todo el factor clave ahora se llama José Mourinho. Que nadie piense que es visitante: juega en casa, con los focos apuntándole en la cara y en un país con una filosofía de juego a medida y que entiende como funciona este negocio. Pero sobre todo porque más allá de rumores sobre Chelsea o City si hay un banquillo que el luso probablemente desea es el de Old Trafford: los red devils respetan la figura del general manager, hay continuidad en el tiempo a proyectos deportivos, tienen dinerito fresco si las circunstancias lo requieren, gozan de prestigio a nivel mundial, requieren títulos urgentemente y su entrenador afronta la recta final de su carrera. Aquí Mourinho se juega su futuro en el amplio sentido de la palabra y no va a defradudar: ya ha empezado el juego psicológico, las fotos, las buenas palabras, los halagos, la botellita de vino por aqui, la pizarra por allá... No es de extrañar que la prensa inglesa ya lo califique como el partido del año, ya que salvo derbi contra el Barcelona en Champions no veremos un duelo mejor esta temporada. Abróchense los cinturones que vienen curvas.

lunes, 4 de febrero de 2013

Pesadillas


Un niño acude con su padre por por primera vez al Estadio de los Cármenes a un partido de fútbol. Abrigado con los colores del Granada, club del que es seguidor desde que nació por expreso deseo de su abuelo, entra por una de las puertas ansioso de ver lo que encierran sus gradas. Pero este chico, al igual que muchos otros chavales en Andalucía también tiene ídolos madridistas: colecciona sus cromos, sus camisetas y sus partidos. Esa noche no es otra cualquiera: es el día donde juegan los dos equipos que dividen su corazón, un momento tal vez irrepetible que lleva esperando mucho tiempo.

Este relato ficticio bien podría ser la realidad de muchos granadinos. Lo que no es ficticio es el terrorífico espectáculo que quedo grabado en sus retinas. Y es que no todos los días se ve un encuentro donde el equipo local se lleve la victoria sin disparar a puerta en todo el partido y los visitantes (mejor dicho el Real Madrid) rematen por primera vez en el minuto 57. Absolutamente demencial y desagradable en exceso. La directiva del Granada C.F. debería devolver el precio de la entrada a todos aquellos que capean la crisis y se privan de otros lujos para asistir a un partido de no-fútbol con dos grados de temperatura. Y como madridista me avergüenzo de la imagen ofrecida, de ver a once jugadores deambulando por el campo sin ningún remordimiento. Habrá quien quiera culpar al entrenador, pero me cuesta creer que José Mourinho le indique a sus jugadores que permanezcan noventa minutos como pasmarotes, sin disparar a puerta y renunciando tan explícitamente a los tres puntos y a cualquier oportunidad de lavar la imagen ofrecida en Liga.

Pueden llamarlo autogestión u onanismo mental pero lo sorprendente habría sido sacar algo en claro: en la primera mitad se entregó la banda izquierda en el momento que Ronaldo emigró al centro del ataque (no es la primera vez que cuando quiere ocultar una carencia física se coloca de nueve puro), la banda derecha fue regalada al Granada cuando di María decidió no salir al campo, y en la delantero vimos otro episodio más de ese culebrón donde Higuaín y Benzema se pelean salvajemente por ser suplentes y colgarse el cartel de transferibles. Sumémosle a Khedira correteando descabezado por Granada y a Modric sólo ante el peligro para tener un espectáculo dantesco, una pesadilla nocturna con la que atragantarte cerveza y palomitas.