jueves, 27 de junio de 2013

Angelote


Ayer, Florentino Pérez presentó otro entrenador más a su lista de despropósitos personales. Digo despropósitos, no porque me parezca un acierto o un error, sino porque ante tal cambio de perfil ideológico es evidente que Herr Direktor no tiene claro qué es lo que quiere para este club. Ante el fracaso del blanco, la apuesta total por el negro. Tras Mourinho, Ancelotti. Todo vale. La ausencia de competencia en el proceso electoral es una lacra para el madridismo que contempla cómo van fracasando proyectos deportivos y nadie rinde cuentas al bueno de Florentino. No importa que sea culpable o inocente, mejor o peor presidente: no puede ser el adalid de filosofías radicalmente separadas y permanecer inalterable al mando de un barco cada vez más ingobernable. Me niego a creer que no haya vida más allá del chorreo de Boluda o los tejemanejes de Nanín.

En cualquier caso, la eterna mano dura que muchos madridistas hemos demandado en el pasado ha quedado atrás. Fue demasiado para este lupanar, donde vedettes y clientes se han avenido para derrocar a un hombre íntegro. Se fue Mourinho y con él nos aseguran que terminó la caza de brujas. Los topos se han ido, los jugadores vuelven a ser hermanos, la adhesión al técnico se presume, el Madrid conseguirá más de cient puntos, otros tantos goles y por supuesto dentro de un año la resaca de La Décima perdurará en nuestras cabeza. Si usted cree en ello, es que el atracón de pipas le ha vuelto un auténtico demente. Por fortuna, el mejor legado que ha podido dejar el luso es la instauración del mourinhismo, que afortunadamente no apartará un ojo de lo que pase en los próximos meses.

En cuanto a Ancelotti, no voy a ser yo quien tire de Wikipedia para decirles todas sus bondades o recordar que viene a ganar títulos dando espectáculo (casi nada). Sin embargo, sí quiero compartir un par de pensamientos. El primero no es otro que recordar que este hombre, siendo entrenador del Chelsea, creía en Kaká cuando aquí en Madrid hubiéramos firmado perderle de vista incluso gratis. No se a ustedes, pero alguien que no es capaz de ver la evidente extinción de un jugador no me produce buenas sensaciones. ¿ Va a conseguir que los muertos revivan ? El segundo, es el impagable artículo de Natalia Pastor sobre por qué quiere la prensa a Carlo en Madrid.

Independientemente de ello, le deseo lo mejor, porque desde hoy es nuestro míster. Mucha suerte, Angelote.

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